martes, 14 de mayo de 2013

PARADOXAS Nº 174


PARADOXAS

REVISTA VIRTUAL DEL SURREALISMO NEOBARROCO


Año VIII - N° 174


INDICE

ME GUSTARÍA HACER EXPERIMENTOS DE CIENTÍFICO LOCO. - Francisco Antonio Ruiz Caballero.
VACÍO– F.S.R.Banda
LAS MASCARAS DE LA MASCARA– F.S.R.Banda
FANTASIA Nº 97 Simulacro. – F.S.R.Banda
EL VIAJE DE LA VIRGEN MAYOR– F.S.R.Banda


EDITORIAL

“Mi opinión literaria de mi generación es la menos confiable de todas mis opiniones, la más enturbiada por la estática y por elementos extraliterarios. Me resulta mucho más fácil leer para arriba y para abajo que leer a los del lado. Piglia me dijo una vez algo que me sirvió mucho en mi laburo: el criterio de uno como lector es selectivo, y el criterio de uno como editor debe ser aglutinante. Yo aprendí de joven a dirigir una colección donde publicaba libros que me gustaban un montón y otros que me gustaban bastante poco, pero me parecía que estaban buenos, y respetaba el trabajo del que los había escrito. Me gustaba la idea de formar una escudería, una armada, un lugar de pertenencia para tipos muy disímiles. De manera que tengo una saludable apertura para leer. Con que un escritor haga una leve entonación, un mínimo giro coloquial del castellano argentino, ya me despierta interés.
Parte del combustible para escribir es la inseguridad. Es necesaria, pero debes ponerla en lo que escribes y no en vos como persona. Eso de "¿soy buen escritor o no soy buen escritor?", a mí ya se me pasó. Yo sé básicamente qué clase de escritor soy. En realidad, siempre me han gustado escritores levemente laterales.
Me gustan tipos que son maravillosos y a lo mejor no son centrales. Si puedo aspirar a pertenecer a ese club en algún momento, bienvenido sea. Yo lo único que noto es que lo que escribo le sirve a alguna gente. La literatura es una entelequia tan rara dentro de tu cabeza, que sentir que produce algún efecto afuera es un alivio mágico.”

Juan Forn (i) publicado en el suplemento Artes y Letras de El Mercurio, 8 de Julio de 2012. Vale.

El Editor

Nota.-  Juan Forn (1959, Buenos Aires) es un escritor, traductor y asesor literario, fue editor de Planeta hasta 1995 y luego creó el suplemento Radar, de Página 12, que dirigió hasta 2002, desde hace cuatro años, publica cada viernes un texto en la contratapa de Página 12.


ME GUSTARÍA HACER EXPERIMENTOS DE CIENTÍFICO LOCO.
Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Si fuera rico compraría una mina de carbón abandonada. Instalaría un sistema de luces, de iluminación, por toda la mina, luego inundaría la Mina de agua salada o de agua dulce, y vertería mutágenos en el agua para acelerar la evolución de las especies. Y me dedicaría a observar lo que pasa durante años. Aparecerían nuevas especies de peces, equinodermos, y moluscos. Animales monstruosos que no están aún diseñados por la naturaleza. Y organizaría excursiones de submarinistas a ese paraíso artificial. Sería una cosa preciosa. Debido a los mutágenos en el agua la evolución avanzaría a pasos agigantados. La iluminación artificial provocaría que hubiese una cadena trófica, y en las profundidades más oscuras de la mina aparecerían monstruosidades exquisitas. El único impedimento serían los grupos ecologistas que se opondrían a mi idea. Sería una cosa digna de verse, un mar en miniatura con toda clase de bichos extraterrestres. Pero las excursiones podrían hacer incluso rentable mi idea. Y los documentales serían alucinantes.
SI LA MINA ES MUY PROFUNDA Y EL AGUA UTILIZADA DULCE LO MISMO NO HARÏA FALTA UN IMPERMEABILIZANTE. Y SE PODRÏA PRESCINDIR DE LOS MUTAGENOS ILUMINANDO CON LUZ ULTRAVIOLETA Y LUZ NORMAL. SERÏA UN EXPERIMENTO MUY BONITO. LO MALO SERIA QUE HABRIA QUE PONER VIGAS DE HIERRO O DE PIEDRA PORQUE SUPONGO QUE LAS TRAVIESAS DE MADERA QUE SOSTIENEN LOS TECHOS SE PUDRIRÍAN. HABRÏA QUE VERLO. SE PODRIA ORGANIZAR UN PARAISO. UN PEQUEÑO Y FORMIDABLE ACUARIO DE AGUA DULCE DE PECES TROPICALES; AUNQUE LO QUE MÄS JUEGO DARÏA SERÏA EL AGUA SALADA.
ES UNA PEQUEÑA DISGRESION; UN ENTRETENIMIENTO.
SI ILUMINARAMOS CON ULTRAVIOLETA LOS ANIMALES RESPONDERÏAN DESARROLLANDO HIPERMELANISMO; LAS PLANTAS NO LO SE. LO MALO ES QUE SE PODRIA FORMAR UNA PLACA DE ALGAS SOBRE LOS TUBOS DE NEON SUMERGIDOS QUE IMPIDIERA LA ILUMINACION DE TODA LA SUPERFICIE DEL AGUA. ADEMAS AL ESTAR LA ILUMINACION A DISTINTOS NIVELES SE DESARROILLARIAN CADENAS TROFICAS DISTINTAS EN CADA GALERIA SIENDO EL CORREDOR CENTRAL EL PUNTO DE INTERCAMBIO. SI TUVIERA MUCHO DINERO; UNOS MIL MILLONES DE PESETAS NO ME IMPORTARIA PERDER DIGAMOS QUINIENTOS MILLONES EN EL EXPERIMENTO. HABRIA QUE VER LOS COSTOS. LO MISMO ES UNA LOCURA.

Comentario al autor de F.S.R.Banda.

Me parece una muy buena idea, sobre todo el uso de mutágenos, combinaciones de ellos, variándolas para intentar crear monstruos desconocidos que un día erradiquen al Homo sapiens de la faz de la tierra y la pueblen convirtiéndola en un nuevo Paraíso. Desde el punto de vista estético, dejaría algunos túneles inundados pero asilados del principal, para criar en ellos,Arthrospira maxima, alguna especie de Chlorella sp. y  Haematococcus sp. para tener cenotes subterráneos de colores verdiazul, verde manzana y rojo sangriento. Y en ellas criaría monstruos albinos. Para la limpieza de las luces de neón contrataría buzos enanos, con trajes de distintos colores fosforescentes. Sobre los techos no debería haber problemas, usualmente, por lo menos acá en Chile, las roca que están sobre los mantos de carbón son de buena calidad geotécnica, solo habría que poner una cantidad mínima de soportes metálicos. La idea es muy interesante, pero habría que ver como evoluciona, recuerde lo que escribió Mr Francis Vielé-Griffin en 1898: “Las ideas nacen dulces, pero envejecen feroces...”.


PAISAJES
F.S.R.Banda

Viajo otra vez a buscar ahora los tesoros verdes y amarillos de los cobres del inicio del norte de los desiertos, las pampas calicheras y las garumas en los cielos, sé que irrumpirán por ahí tus ojos en las quebradas y los riscos, intentaré atraparlos para iluminar la solitaria noche de los mineros fantasmas que recorren los abruptos senderos de los pirquenes buscando el venero perdido en los mapas y en los mitos. Por esos cerros y sus matices terrosos del púrpura andaban tus ojos en los míos en busca de las vetas de oro invisible y de las verdes crisocolas escondidas en los ancestrales territorios de los coyas. Fue una travesía desde el calmo mar de los alcatraces faraónicos hasta las cumbres desoladas de la ventolera y la puna. El camino tortuoso, el abismo, la alta soledad que cruza el vacío de un apacible silencio geológico. Una soledad, los sedimentos plegados en un carnaval de deformaciones, foliaciones y ondulaciones tectónicas. Cicatrices de orogenias, de cataclismos continentales, de aquellos inexistentes geosinclinales. Un pequeño oasis, una dura arboleda en medio de la nada, aferrándose a las aguas invisibles de una tortuosa quebrada. Y allí arriba un breve epitermal inconcluso. Nada más y para abajo. Después un viaje de edad dorada. El río, la desembocadura, el amplio humedal sin pájaros castigado con una salmuera bíblica. Las salinas, las aguas muertas con sus vahos rojizos y los dedos pequeñitos de las halófilas intentado alcanzar el azul cielo imposible, y los zancudos negros zumbando sobre las aguas muertas de sal y arcillas decantadas. Los medanos amarillos en la  costa y las dunas atravesadas en el desierto con sus tenues anaranjados, ambas con sus partículas de hierro esperando la magia de los imanes. Las antiguas areniscas con sus cornisas y sus laminaciones en ocres y amarillos de un otoño horizontal. El puerto viejo con sus innumerables casitas de colores de acuarela inhabitadas al borde del mar sembrado, con sus laberintos soleados de calles de juguete. La honda mina que quiso tragarse hasta la muerte a los treinta y tres y no pudo aun con sus cuarzos y sus calcopiritas. Fin del itinerario. Y tus ojos vieron lo que vi y el viento te despeinó el cabello mientras tus manos en mis manos tocaban en la piedra el sílice filoso de las miradas inquietantes y descifraban los geoglifos imposibles en un granito erosionado más allá de sus pequeñísimas micas doradas. Así fue mi viaje en ti.


VACÍO
F.S.R.Banda

Un infinito espacio vacío se mece dulcemente en el vacío absoluto, sin estrellas ni dioses, inconmensurable pero vacío, silencioso, oscuro, pero majestuoso en la vacuidad de su abarcamiento del todo inexistente. No le afligen las ingenuas cosmogonías que soportaron civilizaciones, holocaustos y vistosas religiones. Esa mítica pretenciosa que explicaba infantiles orígenes a partir de un bien y un mal más humano que las lentejas, y de la preexistencia de un caos originario que deviene en ordenado agrupamiento, lánguido o súbito, siempre simbólico, con uno o varios dioses patéticos en su soledad acuciante y tristemente antropomorfos. Ni las astronomías, con sus planetas y satélites, cometas y meteoroides, las estrellas y la no creíble materia interestelar, los sistemas de estrellas, gas y polvo, galaxias y cúmulos de galaxias, pudieron acercarse al portulano de su náutica misteriosa e inexpugnable. O las antiguas cosmologías de circo, estudiando el vacío incomprensible, construyendo teorías sobre su origen encantado, su evolución consentida y su estructura recóndita. Meras miserias de un carnaval universal. Tampoco la sofisticada astrofísica, fútil invento para medir lo que no se tocaba, ni la astrología siempre al borde del ridículo en la torpeza de enlazar brillantes e imponentes estrellas con pequeñas vidas paupérrimas, dolorosas desdichas y momentáneas alegrías. Para llenar esos vacíos se inventaron piones y muones, azules y resplandecientes, quarks y leptones de todos los matices posibles del amarillo, electrones y neutrinos, grises como el grafito, fermiones de intensos rojos, leptones verdiazules, bosones gauge de un marrón repugnante, y el subrepticio bosón de Higgs, esa grotesca "partícula de Dios", de iridiscente blanco metálico. Se fingió la existencia arbitraria de quark arriba y quark abajo, quark extraño y quark encantado, quark fondo y quark cima, y un extraño quark Top solitario, todos con sus correspondientes antiquarks. Partículas poéticas no obstante inverosímiles. Y hubo un muon y un neutrino muónico y otro tauónico, jeroglíficos sin sentido que enterraría el tiempo bajo sus arenas inevitables. Y como toda obra humana esta fanfarria variopinta tiene su inútil pirámide milenaria en lo que fue la frontera franco-suiza, las ruinas subterráneas del Gran Colisionador de Hadrones del supuesto Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire. Manifestación concreta de una búsqueda sin fin. Quizá los siglos confirmen la sentencia de Carlyle: "Toda obra humana es deleznable, pero la ejecución de esta obra es importante". Han sucedido las vigilias de incontables eones y un infinito espacio esencialmente vacío se mece dulcemente en el vacío, sin estrellas ni dioses, sobretodo sin dioses.


F.S.R.Banda

“Detrás de la máscara, la máscara.” Lic. Juan Pablo Sabino.

La máscara más peligrosa es la que nos muestra el espejo, es por eso que me he cambiado el rostro, los rostros, de ahí que ya perdí los rasgos del verdadero, ya no sé cual es el real, solo la voz me delata, pero ya nadie me escucha. Ya no podrán arrebatarme el misterio de mi existencia, pues me he puesto a salvo mediante muchas vueltas y revueltas, mediante muchas máscaras y caretas. Contemplo mi máscara como si contemplase un espejo. Entre la máscara y el rostro se esboza un paralelo, tan sólo que en la máscara hay un momento de revelación que se abre para penetrar en un destino ajeno. La máscara es la permanencia del orden sobrenatural en los efímeros. Hay una dimensión en mí que exige el misterio, el engaño y la permanencia conjural del tiempo transfigurativo. Aparezco como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro, máscara la sonrisa. No expresan mi espontaneidad, ni resuelven mis conflictos; son formas que no he creado ni sufrido, máscaras. Y he aquí que salto de una máscara a otra máscara: de una máscara veneciana al color de las rosas en la oscuridad, para advertir que, cuando la luz se apaga, se me caen todas las máscaras del día. Frente a la superficie del espejo sé que esa máscara me engaña, ya que si hay una máscara, no hay nada detrás: superficie que no esconde más que así misma; superficie, que, porque me hace suponer que hay algo detrás impide que la considere como superficie. La máscara me hace creer que hay una profundidad, pero lo que ésta enmascara es ella misma: la máscara simula la disimulación para disimular que no es más que simulación. Y cada vez que amé la hermosa máscara había cambiado, pero como siempre era la única, no pude asir sino un racimo de rostros o de máscaras precipitadas. Anoche, cuando me quise quitar la máscara la tenía pegada a la cara. Cuando me la quité y me vi al espejo ya había envejecido. Usted, querido amigo Pessoa, misántropo de las máscaras humanas, persona despersonalizada, heterónimo genético, yoes de los yo, ser de la multiplicación y la coartada, cómplice de los desconocidos; usted, digo, tuvo razón: el poeta es un fingidor. La máscara y el espejo, rostros falsos, caras ocultas, una detrás del cartón pintado, la otra invertida detrás el cristal azogado, pero que importa, siempre habrá una máscara detrás de toda máscara.

Compinches involuntarios: Ana de la Robla, Fernando Pessoa, Jorge Luis Borges, José Lezama Lima, Juan Pablo Sabino, Luis Eduardo García, Octavio Paz, Pablo Neruda y Severo Sarduy.


FANTASIA Nº 97 Simulacro.
F.S.R.Banda

Dúctil y efímero, con un aura de arconte esperando el colapso premonitorio de la bóveda fúnebre donde duermen los huesos corroídos del último hoplita. Abstruso y a la vez arrabalero, trashumante de atrios y patios, indagador con alevosía de patíbulo en el bestiario nocturno, entre el granate de los labios pintados y la mórbida piel de los escotes. Andariego siempre a barlovento, borroso y extraviado en el boato y esplendor del aleteo de la palomas sobre una plaza ensangrentada, gárgola silente en los albores del día, hiedra trepando el muro de un castillo encantado entre la angustia del miedo a morir y la ansiedad del bohemio que no encuentra la mañana. Atrapado en la ecuación del nacer, crecer, reproducirse y morir, y en la reverberación de la tinta con que se escribió en el cristalino ámbar del atardecer el desesperar de los años. Asustado del irrisorio aullido del lobo desde la colina umbría donde surge el caudal del quebranto  y el gorgojeo despiadado de la luna mansa y menguante. Fue reflejado en los ojos del basilisco de escamas tornasoladas, enredado en la dramaturgia andrógina del embrujo de la carne, en su bestialismo y su espuma, en la erótica carencia de una piel o en crepitar de la leña de una fogata acontecida en los rumbos del pago. Poseyó el desparpajo del crisantemo en su amarillo incesante y su irreverencia de pecatriz voluptuosa en el carcamal abrupto de la barranquera. Y en la larga calle de añosa arboleda y pulidos adoquines vio el alelí de su infancia como un apóstol en la alborada infinitesimal de esa su única epifanía en el borde de la blasfemia. Y tentó la ambigüedad de la albahaca en su perfume y el retumbo inerte del canto perdido en la oquedad de la piedra. En el apacible aciano de la azurita pudo intuir el terciopelo de la misericordia, el duro pliegue de la amargura y la dulzura de la incertidumbre en su esencia de torbellino o espejismo. Solía amainar las tormentas de biblioteca con su antifaz de beduino, con su thawb desgarrado por las arenas y su ábaco carcomido por los dedos avaros del prestamista, pero siempre invisible como el verde metálico del escarabajo del romero o el rojizo marrón moteado del gorgojo del garbanzo y del chícharo. Supo descifrar la impronta de los chubascos en la tierra sedienta aun en sus atavíos otoñales, y en la añoranza de la crisálida el descalabro de su estirpe de titiriteros y magos de ferias. En su fin solo quedó el devaneo de sus párpados ante la iluminada catedral en ruinas, esa querencia dilapidada por el delirio de un noctámbulo que avanza ebrio por las callejuelas del pecado.


EL VIAJE DE LA VIRGEN MAYOR
F.S.R.Banda
Para K.

Visitarás la quieta orilla del cielo y el borde del abismo del infierno, y volverás. Veras una ameba con apariencia de cincel o de esdrújula, soñaras un cilindro portentoso y en la escafandra de un portal de piedra canteada el rostro de un extraño visitante, y volverás al alcor donde crece la absenta misteriosa que florece al fenecer el día entre arreboles y nubarrones en un incordio de rojos anaranjados y matices del gris. Conocerás la duna de los anhelos y las desesperanzas, navegando tranquila en el chinchorro de un Caronte caribe que rema extasiado en el Aqueronte de tu pasado mientras tú, niña aun, corres por el fresco verdor de la gramilla de tu infancia. Decodificaras el jeroglífico que oculta la verdad última a los ojos de los pecadores y santones de mentira, disfrutarás del sabor del arándano y del aroma de la esencia de la bergamota, reconocerás un atril y un bordado, una escultura de mármol rosado y cierta balaustrada que da a un jardín de rosas azules, sin saber que aquellas cosas no están allí sino en tus perdidos recuerdos. En la distancia adivinaras las acrobacias de los gorriones de tu primera patria y la caterva de palomas de todas las plazas que visitaste en tus viajes de errancias y cantos de privilegio. Y volverás. En los recovecos fascinantes de tu bitácora escribirás de céfiros y de iridiscencias, de arquetipos y de esa medianoche desoladora cuando creaste tu propia cosmogonía entre esplendores y naipes comprados en un chinchal del que ya no recuerdas sino el lápiz de grafito que te prestaron para marcar las cartas para ganar todas las manos. Abrumada por la jaula o el cardumen, sin la coherencia de tu pensar, anhelarás el acrílico opalescente de una pintura que no existe pero que imaginaste tan vivamente que es como si existiera. En el alabastro de una lámpara tenaz se reflejará la bifurcación de tu travesía, el escrutinio, el pasatiempo y el pasar del tiempo, en un inverosímil apasionamiento deslizaras tu manso por la caoba y por el ámbar. Y volverás. La catarata que humedeció tus labios asombrados en medio de la sabana como un embeleso de espigas y pedregales, será el itinerario que seguirás hasta llegar a un castaño imponente y un cielo índigo increíble, sin acordarte si son memorias o las poderosas visiones que crea la anestesia. Y volverás. Habrán abrojos y zarzas, glaucos estremecimiento ante un diluviar de pétalos de jacarandá, y los corpúsculo de la suprema armonía, beberás un aguardiente de pura vida y volverás. Volverás como siempre, con tus alegrías como collar tintineante y tu voz como siempre encantando al lobo huraño que todavía estará rastreando tus huellas buscándote. Y ya estarás de vuelta, pero ahora sin escapatoria. Vale.



Revista PARADOXAS N° 174
12 de Julio de 2012

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