martes, 2 de mayo de 2017

PARADOXAS N° 232

PARADOXAS

REVISTA VIRTUAL DEL SURREALISMO NEOBARROCO

Año XI - N° 232


INDICE

LAS PIEDRAS DE LAS TRISTEZAS - Ivonne Concha Alarcón
ES AUSENCIA - Ivonne Díaz.
SÉ QUE TE AMO A TI, MUJER – SUSURRA EN UN AQUÍ, ROQUE DALTON – Rosana Bustamante Gamboa
ELLA ERA LINDA, COMPADRE Y NO LE TENÍA MIEDO A LOS TEMBLORES... - Rosana Bustamante Gamboa
LA DUEÑA DE MI MANO - Rosana Bustamante Gamboa
PORQUE ERES TÚ... - Marisol C.
PÁJAROS LEJANOS - André Cruchaga
LA ESQUIVA MARIPOSA - F.S.R.Banda
VESTIGIOS (Primer borrador) - F.S.R.Banda


EDITORIAL

Tantos catálogos sobre las mesas de los bares de la capital, olvidados o dejados a propósito para despejar las manos y el cuerpo para seguir bebiendo y bailando.
"Fervor de Buenos Aires" apareció en 1923. Ya publicado, Borges no supo cómo distribuirlo. Ideó un sistema, sin embargo; iba a las reuniones literarias y, cuando se retiraba, deslizaba con disimulo un ejemplar en el bolsillo de los abrigos solitarios colgados del perchero.
El mismo favor le pidió a Alfredo Bianchi, uno de los directores de la revista Nosotros. A Bianchi, hombre serio y cuarentón, la propuesta lo asombró y luego, divertido, aceptó su papel de distribuidor bolsillero ad honórem. El libro gustó y sigue gustando porque Buenos Aires, a través de Borges, es tan "eterna como el agua y el aire".

Pirateado de un articulo de María Esther Vázquez publicado en el periódico La Nación, de Argentina, quizás cuando… Vale.

El Editor


SUEÑO
Ivonne Concha Alarcón

Castillo azul y blanco, carruajes de vieja madera, caballos de arrastre, flores irisadas dibujadas en absurdas perversas cortinas rojas camufladas de invierno solitario, arpegios, encaprichados de sonidos cínicos de más a menos, de menos a más, escala de sol desafinada, sonrisas verdes musgo húmedo, caricias aventajadas de sorpresas de cartón piedra que se golpea una y otra vez en los cimientos oscuros de la lejana cordura perdida en la caballeriza del patio pedido entre el pasto y la flores del antiguo jardín de rosas y sus espinas pecaminosas de ayeres extraviados…


LAS PIEDRAS DE LAS TRISTEZAS
Ivonne Concha Alarcón

Caen recuerdos resbalándose por las pendientes del olvido, llueven inmensidades clandestinas reflejo fiel de viejas piedras cenicientas pulidas de nostalgias que laceran los insectarios secos de reminiscencias en obsidiana despulida. Frente al viejo y desprolijo reloj de arena se detiene la aurora fría desamparada ante el tiempo nostálgico desvestido de vendimias ya ocurridas. Del recuerdo escarchado caen los silencios que gritan recuerdos de rosas desteñidos de sus primeros dibujos de niña que empujaba el carro que inducía a caminar entre piedras puntiagudas que laceraban los desamparos de la injusta tarde de sueños perdidos en el ancho camino, donde se extraviaron poco a poco los sueños que concluyeron solo en oscuras pesadillas… Dónde se extraviaron las verdades, dónde duermen las risas olvidadas, dónde están los amores filiales, hoy solo paralelas que se tropiezan con el infinito puro, frío, distante…


ES AUSENCIA
Ivonne Díaz

Noche de lluvia navega mi sueño de sol por los pasajes cuando una flor esconde sus pétalos y yo conjugo mi armonía de estar viva contemplando mis zapatos de charol que nunca uso entonces viene esto de extrañarte tanto no sé si la distancia tiene que ver con las agujas de un reloj pienso y me duermo contemplando tu fotografía que ilumina mi celular en un pestañeo de luz y dice tiene poca memoria.


SÉ QUE TE AMO A TI, MUJER – SUSURRA EN UN AQUÍ, ROQUE DALTON –
Rosana Bustamante Gamboa

porque no temes mostrar tus heridas a medio día y en las noches...tras ese cristal donde tus manos descansan, saludan... y ese pliegue, que te trajo la guerra... sobre el silencioso abdomen, donde me dibujo... y escribo nuestros nombres en un corazón... porque tú visitas la tumba de mi madre en El Salvador... y le lees aquellos poemas que no pude escribirle... porque tú, compañera, cantas y bailas conmigo... en este refugio que me dio la muerte y a pesar de ello... duermes conmigo en tu lecho de diminuta mujer... que construye puentes para los pájaros... y alimenta, esos libros que juegan en los patios... cerca del desierto donde camino hasta llegar al límite... ahí, cuando los dos océanos que bañan este continente me ven llegar... y tú te revelas contra el mundo, sola y desnuda... me llevas de la mano y también me besas... a mis palabras que ahora son para ti, amor.


ELLA ERA LINDA, COMPADRE Y NO LE TENÍA MIEDO A LOS TEMBLORES...
Rosana Bustamante Gamboa

cuando traía mermeladas de duraznos... en medio de la noche a cientos de kilómetros de su patria... sin preguntar nada, se entregaba a esta pobreza...donde solía contarle mis historias de pistolero sin oeste... de frustrado relator de partidos de fútbol... y perros que me abandonaron por otro plato de comida.
ella era linda y tenue su figura...sin miedo a aquellos mancos ángeles que le envío el destino... y hacía sonar sus tacones y el acordeón con aquellas melodías...cuando respiraba quince minutos a mi lado...y después bebía ese agrio café, que yo a penas me conseguía.
¡ella era linda, amigo! de día y esa mañana...cuando se levantó de mi lado, en esta soledad... que tiene mi raído cuerpo de macho en derrumbe...que apenas comprende los silencio que ella vestía...y de muchacha que decidió un día abandonarme...sin miedo a los guijarros y esos sismos que encontró en el camino.


LA DUEÑA DE MI MANO
Rosana Bustamante Gamboa

te reclamo mujer… como aquella que irrumpió en mi silencio… y en esta vida que daba sólo vueltas… en un ir y venir al trabajo… mirar la televisión, leer los diarios… a veces observar los atardeceres… preguntándome si de verdad, existías en alguna parte… si te encontraría bajo los almendros.

y te imaginaba venir, con ese traslúcido vestido de hoy… con tus obtusas ideas en el entrecejo… aquella boca que tiene el color de las maduras cerezas… y aquí estás, dormida entre los escaños… cansada de alimentar pájaros y una plaza de libros… sin verme, sin saber de mí… quien en este instante, doy aviso público… te corona como la dueña de mi mano… que tiembla sólo con pensarte.


PORQUE ERES TÚ...
Marisol C.

Y porque tu barca de palabras me inunda el alma, entre los labios te respiro alma mía, circundando este espacio de gaviotas que revuelan mientras te espero y desespero, quisiera me atraparas. Como una red llena de peces alborotar tus sentidos, ven acércate, que tus pasos sean las huellas que nos unen en la arena, que tu tiempo sean las agujas en mi reloj. Ya no detengas el reencuentro libérate, quiero estar amor mío sobre tu pecho aunando los latidos. Te vuelves sin fin en mi alma, ¡vuelve a mi destino! que las sombras huyan con el amanecer. Mientras la vida te cuenta historias y tus ojos deambulan en el nocturno en busca de mi esencia, te espero furtiva!!!, colgada de la luna...


PÁJAROS LEJANOS
André Cruchaga

Aquellos pájaros primeros que incendiaron mi alma, tímidos tanteos
hacia la rama que nada tiene con la sombra.
Juega el tiempo en las aguas que imagino, en el ala que sostiene sueños.
A veces me vienen pedazos de aroma de las campánulas.
Pájaros lejanos, acaso como la lluvia que llega golpeando mis pupilas.
Acaso como un incendio del que ya no tiene control el alba,
sino el galope vencido de la brasa.

(Ya sólo me queda la memoria y la voz cansada y algunos amarillos clavados
en mi piel, y mis zapatos que compensan ala y trenes.)

Cada vez las distancias se tornan más lejanas, un trapo de ojeras
en los párpados y encima los ásperos días del calendario.
Ya casi hemos dejado también las palabras, para sopesar el sonido quemado
del polvo, y el jadeo húmedo de la carpintería de los cuerpos.
Los desvelos son interminables: allí, sin embargo, los relámpagos del sexo,
y su casa de aroma que me habla de la sustancia quebrada del paraíso.

(En la desmesura, claro, gotea todo el rocío, líquidos los alientos.
A veces entristecidos como el yo en el vacío, como el búho y sus dominios.
Sobre la lejanía, los pensamientos erráticos sin ninguna audiencia.
Todo se aleja tal los ojos sordos del absurdo y los cementerios.
Suspiro y aprieto mis demonios.
Camino oscuro y con la salmuera rota de todos los agujeros de mi sombra.
Respiro mientras me golpean los últimos recuerdos.)

Barataria, 2017


LA ESQUIVA MARIPOSA
F.S.R.Banda

Fue instantánea, fugaz como un relámpago, dejó el verbo titilando detrás de su imagen en una estela que fue aguas, olajes, espumas, y también una bandada de pájaros huyendo. Definió sus territorios con una mirada altiva y distante, dueña del horizonte. De ella surgieron lejanos simulacros de voces y de silencios. Poseía en la magia de sus ojos los códigos de los vestigios que dejaban las piedras cardioides, los troncos carcomidos por los años, los dibujos de las nubes y las flores en su íntima cercanía. Fue distinta, súbita e imprevista.

Nota.- Prosa en noventa y una palabras, a la manera de “La Cálida Entraña” de Juan David Porras Santana (1955-2016). (PARADOXAS N° 225, Octubre de 2016)


VESTIGIOS (Primer borrador)
F.S.R.Banda

Y pensar que todo esto; bosques, río, pájaros, atardeceres, frías madrugadas brumosas, peces, flores, mariposas, pequeñas piedras, seguirá existiendo más allá de tu nombre y de mis cenizas, que no habrá día que no amanezca a pesar de nuestras ausencias. Que todos los sonidos recuperarán tu voz y yo no estaré para reconocerla o devolverla como un eco escondido en las otras piedras más antiguas. Pero sé que siempre habrá alguien que vea el perfil de tu rostro en las nubes, en la corteza de un árbol, en las misteriosas piedras con forma de corazón, y sepa o intuya que tú existías cuando yo escribí estas palabras pensándote inmerso en la brumosa nostalgia inicial de este día.

Estero Yerbas Buenas, 16 abril 2017



La forma de poema es una desgracia pasajera.
Osvaldo Lamborghini, “Die Verneinug”, 1977.

Revista PARADOXAS N° 232
2 de Mayo de 2017