PARADOXAS
REVISTA
VIRTUAL DEL SURREALISMO NEOBARROCO
Año
XI - N° 232
INDICE
LAS PIEDRAS DE LAS TRISTEZAS - Ivonne Concha Alarcón
ES AUSENCIA - Ivonne Díaz.
SÉ QUE TE AMO A TI, MUJER – SUSURRA EN UN AQUÍ, ROQUE DALTON – Rosana
Bustamante Gamboa
ELLA ERA LINDA, COMPADRE Y NO LE TENÍA MIEDO A LOS TEMBLORES... - Rosana
Bustamante Gamboa
LA DUEÑA DE MI MANO - Rosana Bustamante Gamboa
PORQUE ERES TÚ... - Marisol C.
PÁJAROS LEJANOS - André Cruchaga
LA ESQUIVA MARIPOSA - F.S.R.Banda
VESTIGIOS (Primer borrador) - F.S.R.Banda
EDITORIAL
Tantos catálogos sobre las mesas de los bares de la capital,
olvidados o dejados a propósito para despejar las manos y el cuerpo para seguir
bebiendo y bailando.
"Fervor de Buenos Aires" apareció en 1923. Ya publicado,
Borges no supo cómo distribuirlo. Ideó un sistema, sin embargo; iba a las
reuniones literarias y, cuando se retiraba, deslizaba con disimulo un ejemplar
en el bolsillo de los abrigos solitarios colgados del perchero.
El mismo favor le pidió a Alfredo Bianchi, uno de los directores de
la revista Nosotros. A Bianchi, hombre serio y cuarentón, la propuesta lo
asombró y luego, divertido, aceptó su papel de distribuidor bolsillero ad
honórem. El libro gustó y sigue gustando porque Buenos Aires, a través de
Borges, es tan "eterna como el agua y el aire".
Pirateado de un articulo de María Esther Vázquez publicado en el periódico
La Nación, de Argentina, quizás cuando… Vale.
El Editor
SUEÑO
Ivonne
Concha Alarcón
Castillo azul y
blanco, carruajes de vieja madera, caballos de arrastre, flores irisadas
dibujadas en absurdas perversas cortinas rojas camufladas de invierno
solitario, arpegios, encaprichados de sonidos cínicos de más a menos, de menos
a más, escala de sol desafinada, sonrisas verdes musgo húmedo, caricias
aventajadas de sorpresas de cartón piedra que se golpea una y otra vez en los
cimientos oscuros de la lejana cordura perdida en la caballeriza del patio
pedido entre el pasto y la flores del antiguo jardín de rosas y sus espinas pecaminosas
de ayeres extraviados…
LAS PIEDRAS DE LAS TRISTEZAS
Ivonne
Concha Alarcón
Caen recuerdos
resbalándose por las pendientes del olvido, llueven inmensidades clandestinas
reflejo fiel de viejas piedras cenicientas pulidas de nostalgias que laceran
los insectarios secos de reminiscencias en obsidiana despulida. Frente al viejo
y desprolijo reloj de arena se detiene la aurora fría desamparada ante el
tiempo nostálgico desvestido de vendimias ya ocurridas. Del recuerdo escarchado
caen los silencios que gritan recuerdos de rosas desteñidos de sus primeros
dibujos de niña que empujaba el carro que inducía a caminar entre piedras
puntiagudas que laceraban los desamparos de la injusta tarde de sueños perdidos
en el ancho camino, donde se extraviaron poco a poco los sueños que concluyeron
solo en oscuras pesadillas… Dónde se extraviaron las verdades, dónde duermen
las risas olvidadas, dónde están los amores filiales, hoy solo paralelas que se
tropiezan con el infinito puro, frío, distante…
ES AUSENCIA
Ivonne Díaz
Noche de lluvia navega mi sueño de sol por los pasajes cuando una
flor esconde sus pétalos y yo conjugo mi armonía de estar viva contemplando mis
zapatos de charol que nunca uso entonces viene esto de extrañarte tanto no sé
si la distancia tiene que ver con las agujas de un reloj pienso y me duermo
contemplando tu fotografía que ilumina mi celular en un pestañeo de luz y dice
tiene poca memoria.
SÉ QUE TE AMO A TI, MUJER
– SUSURRA EN UN AQUÍ, ROQUE DALTON –
Rosana Bustamante Gamboa
porque no temes mostrar tus heridas a medio día y en las
noches...tras ese cristal donde tus manos descansan, saludan... y ese pliegue,
que te trajo la guerra... sobre el silencioso abdomen, donde me dibujo... y
escribo nuestros nombres en un corazón... porque tú visitas la tumba de mi
madre en El Salvador... y le lees aquellos poemas que no pude escribirle...
porque tú, compañera, cantas y bailas conmigo... en este refugio que me dio la
muerte y a pesar de ello... duermes conmigo en tu lecho de diminuta mujer...
que construye puentes para los pájaros... y alimenta, esos libros que juegan en
los patios... cerca del desierto donde camino hasta llegar al límite... ahí,
cuando los dos océanos que bañan este continente me ven llegar... y tú te
revelas contra el mundo, sola y desnuda... me llevas de la mano y también me
besas... a mis palabras que ahora son para ti, amor.
ELLA ERA LINDA, COMPADRE Y
NO LE TENÍA MIEDO A LOS TEMBLORES...
Rosana Bustamante Gamboa
cuando traía mermeladas de duraznos... en medio de la noche a cientos
de kilómetros de su patria... sin preguntar nada, se entregaba a esta
pobreza...donde solía contarle mis historias de pistolero sin oeste... de
frustrado relator de partidos de fútbol... y perros que me abandonaron por otro
plato de comida.
ella era linda y tenue su figura...sin miedo a aquellos mancos
ángeles que le envío el destino... y hacía sonar sus tacones y el acordeón con
aquellas melodías...cuando respiraba quince minutos a mi lado...y después bebía
ese agrio café, que yo a penas me conseguía.
¡ella era linda, amigo! de día y esa mañana...cuando se levantó de
mi lado, en esta soledad... que tiene mi raído cuerpo de macho en
derrumbe...que apenas comprende los silencio que ella vestía...y de muchacha
que decidió un día abandonarme...sin miedo a los guijarros y esos sismos que
encontró en el camino.
LA DUEÑA DE MI MANO
Rosana Bustamante Gamboa
te reclamo mujer… como aquella que irrumpió en mi silencio… y en
esta vida que daba sólo vueltas… en un ir y venir al trabajo… mirar la
televisión, leer los diarios… a veces observar los atardeceres… preguntándome
si de verdad, existías en alguna parte… si te encontraría bajo los almendros.
y te imaginaba venir, con ese traslúcido vestido de hoy… con tus
obtusas ideas en el entrecejo… aquella boca que tiene el color de las maduras
cerezas… y aquí estás, dormida entre los escaños… cansada de alimentar pájaros
y una plaza de libros… sin verme, sin saber de mí… quien en este instante, doy
aviso público… te corona como la dueña de mi mano… que tiembla sólo con
pensarte.
PORQUE ERES TÚ...
Marisol C.
Y porque tu barca de palabras me inunda el alma, entre los labios te
respiro alma mía, circundando este espacio de gaviotas que revuelan mientras te
espero y desespero, quisiera me atraparas. Como una red llena de peces
alborotar tus sentidos, ven acércate, que tus pasos sean las huellas que nos
unen en la arena, que tu tiempo sean las agujas en mi reloj. Ya no detengas el
reencuentro libérate, quiero estar amor mío sobre tu pecho aunando los latidos.
Te vuelves sin fin en mi alma, ¡vuelve a mi destino! que las sombras huyan con el
amanecer. Mientras la vida te cuenta historias y tus ojos deambulan en el
nocturno en busca de mi esencia, te espero furtiva!!!, colgada de la luna...
PÁJAROS LEJANOS
André Cruchaga
Aquellos pájaros primeros que incendiaron mi alma, tímidos tanteos
hacia la rama que nada tiene con la sombra.
Juega el tiempo en las aguas que imagino, en el ala que sostiene
sueños.
A veces me vienen pedazos de aroma de las campánulas.
Pájaros lejanos, acaso como la lluvia que llega golpeando mis
pupilas.
Acaso como un incendio del que ya no tiene control el alba,
sino el galope vencido de la brasa.
(Ya sólo me queda la
memoria y la voz cansada y algunos amarillos clavados
en mi piel, y mis zapatos
que compensan ala y trenes.)
Cada vez las distancias se tornan más lejanas, un trapo de ojeras
en los párpados y encima los ásperos días del calendario.
Ya casi hemos dejado también las palabras, para sopesar el sonido
quemado
del polvo, y el jadeo húmedo de la carpintería de los cuerpos.
Los desvelos son interminables: allí, sin embargo, los relámpagos
del sexo,
y su casa de aroma que me habla de la sustancia quebrada del
paraíso.
(En la desmesura, claro,
gotea todo el rocío, líquidos los alientos.
A veces entristecidos como
el yo en el vacío, como el búho y sus dominios.
Sobre la lejanía, los
pensamientos erráticos sin ninguna audiencia.
Todo se aleja tal los ojos
sordos del absurdo y los cementerios.
Suspiro y aprieto mis
demonios.
Camino oscuro y con la salmuera
rota de todos los agujeros de mi sombra.
Respiro mientras me golpean
los últimos recuerdos.)
Barataria, 2017
LA ESQUIVA MARIPOSA
F.S.R.Banda
Fue instantánea, fugaz como un relámpago, dejó el verbo titilando
detrás de su imagen en una estela que fue aguas, olajes, espumas, y también una
bandada de pájaros huyendo. Definió sus territorios con una mirada altiva y
distante, dueña del horizonte. De ella surgieron lejanos simulacros de voces y
de silencios. Poseía en la magia de sus ojos los códigos de los vestigios que
dejaban las piedras cardioides, los troncos carcomidos por los años, los
dibujos de las nubes y las flores en su íntima cercanía. Fue distinta, súbita e
imprevista.
Nota.- Prosa en noventa y una palabras, a la manera de “La Cálida
Entraña” de Juan David Porras Santana (1955-2016). (PARADOXAS N° 225, Octubre
de 2016)
VESTIGIOS
(Primer borrador)
F.S.R.Banda
Y pensar que todo esto; bosques, río, pájaros,
atardeceres, frías madrugadas brumosas, peces, flores, mariposas, pequeñas
piedras, seguirá existiendo más allá de tu nombre y de mis cenizas, que no
habrá día que no amanezca a pesar de nuestras ausencias. Que todos los sonidos
recuperarán tu voz y yo no estaré para reconocerla o devolverla como un eco
escondido en las otras piedras más antiguas. Pero sé que siempre habrá alguien
que vea el perfil de tu rostro en las nubes, en la corteza de un árbol, en las
misteriosas piedras con forma de corazón, y sepa o intuya que tú existías
cuando yo escribí estas palabras pensándote inmerso en la brumosa nostalgia
inicial de este día.
Estero Yerbas Buenas, 16 abril 2017
La
forma de poema es una desgracia pasajera.
Osvaldo
Lamborghini, “Die Verneinug”, 1977.
Revista PARADOXAS N° 232
2 de
Mayo de 2017