sábado, 1 de marzo de 2014

PARADOXAS Nº 194

PARADOXAS

REVISTA VIRTUAL DEL SURREALISMO NEOBARROCO

Año X - N° 194


INDICE

LA VOZ - Beatriz Graciela Moyano
PREGUNTARÁS - Beatriz Graciela Moyano
LAS QUIMERAS - Ivonne Concha Alarcón
EL RELOJ DERRUMBÓ EL SILENCIO CON SU VOZ - Araminta Solizabet Gálvez TENGO UN CORAZÓN - Francisco Pinzón Bedoya
ALTERACIONES DE BARCO Y VUELOS - F.S.R.Banda


EDITORIAL

“El barroco, sobreabundancia, cornucopia rebosante, prodigalidad y derroche —de allí la resistencia moral que ha suscitado en ciertas culturas de la economía y la mesura, como la francesa—, irrisión de toda funcionalidad, de toda sobriedad, es también la solución a esa saturación verbal, al trop plein de la palabra, a la abundancia de lo nombrante con relación a lo nombrado, a lo enumerable, al desbordamiento de las palabras sobre las cosas. De allí también su mecanismo de la perífrasis, de la digresión y el desvío, de la duplicación y hasta de la tautología. Verbo, formas malgastadas, lenguaje que, por demasiado abundante, no designa ya cosas, sino otros designantes de cosas, significantes que envuelven otros significantes en un mecanismo de significación que termina designándose a sí mismo, mostrando su propia gramática, los modelos de esa gramática y su generación en el universo de las palabras. Variaciones, modulaciones de un modelo que la totalidad de la obra corona y destrona, enseña, deforma, duplica, invierte, desnuda o sobrecarga hasta llenar todo el vacío, todo el espacio —infinito— disponible. Lenguaje que habla del lenguaje, la superabundancia barroca es generada por el suplemento sinonímico, por el “doblaje” inicial, por el desbordamiento de los significantes que la obra, que la ópera barroca cataloga.”

En “La literatura neobarroca ante la crisis de lo moderno”, Irlemar Chiampi, Criterios. Revista de Teoría de la Literatura y las Artes, Estética y Culturología, La Habana, número 32, cuarta época, julio-diciembre de 1994, pág. 177. Vale.

El Editor


LA VOZ
Beatriz Graciela Moyano

Al final de la tarde todo cambia, la voz no ya no es solo sonido, es la fragancia, hierba en el campo de los sentidos, donde nos encontramos vivos, es cadencia en armonía de sutil caricia cuando entre nubes te ocultas tras el estridente rayo, es peldaño y eco entre las montañas llegando en claro susurro repentino, lazo que nos une y se desliza por la piel de nuestros años, aliento tibio repetidas veces inhalado, entre besos de menta suave y bocas llenas de pétalos rojos, entonces la voz se hace lluvia de verano, nube en estallido, agua del cielo escurriendo preguntas en su constante desliz sobre los techos y persistente ritmo cristalino. Color pintado en los labios, brillo conducente al pentagrama del alma acumulando los efectos de nuestras causas, es esencia y gesto, glándula, pared y médula de los cuerpos. Escuchar como dices mi nombre, diminuto entre dientes y que escuches mi voz cambiando el tuyo como un juego íntimo, es vida rebozada de sabores y fragancias o amordazada muerte cuando la voz se sujeta o calla.


PREGUNTARÁS
Beatriz Graciela Moyano

Preguntarás a los desquiciados y mendigos, a los dementes en sus encierros, a los guardianes del cementerio. a los bohemios nocturnos sin conseguir quién te dé una señal. ¿Dónde la música de los silencios y el badajo del campanario? Dónde? Ahora que llega el día del onomástico, recuerdo de la gran estrella que guió a la humanidad. La unión de las sombras con las luces milagro donde se pierde la voz, no está la tuya, amor. El eco no vaga por las calles, no canta ni ríe, tampoco llora el olvido y la sorpresa que jamás cruzó las nubes ni sonrojó a la luna, permanece en el lacerante silencio con los ojos abiertos, vidriosos enjugados de emoción, repasan con mesura las línea de tu rostro sin moldear y las últimas letras que designan un fonema simple, de orden y afectos sagrados. Revelaciones de acomodadas secuencias, el amor que se lee con moderada cortesía a la volada pasión, como dos viejos caminantes en paralelos de tiempos. Una austera dicha, con sosegado viento al cielo y la estilizada tela reservada a las estrellas fugaces convertidas en quietud, en abismos para los labios de ambos. Como las panzas blancas de las lechuzas danzando la noche, tal parece que todos estuviéramos así, con los ojos que siguen fijos en las sombras, esperando una sorpresa, una paloma blanca con mensaje iluminado y mágico en estos días. En este silencio límpido que no responde a la noche ni a las auroras, en la pared que da al este a oscuras, se dibujan imágenes, como si fuera el cuadro de la última cena, se han sentado a esa mesa y leen la sinfonía de un monólogo en estilo personal y único, solo pautas, sereno o contenido en cada crepúsculo ve descender las hojas del calendario, caen una a una sobre las veredas. Aparente y silente paz, permanecerá en el recuerdo hasta el fin de nuestros desvaríos y extraviados pensamientos, entre las nubes inalcanzables bajo el influjo estos años, mira los sauces plateados, ellos siguen reflejados en las aguas del lago, donde se sienta a escribir o mirar llover simplemente, esperando, siempre esperando el asombro, que llegue con brisa marina.


LAS QUIMERAS
Ivonne Concha Alarcón

Las quimeras ilusiones fantasías entusiasmadas danzando libremente cantando emocionadas festejando esperanzadas amparadas sonrientes felices, asomando sus sentidos en tardes de diáfanas luces coloridas que se encienden-apagan-encienden intermitentes titilando sueños esperanzas, perfumándose aromándose en gotas de vida. Las brisas deshojan uno a uno los pétalos de hermosas flores en el jardín de brillantes resplandecientes múltiples colores, hojas de miles verdes de verano que se cimbran cadenciosas asentadas en sutiles sonrisas a la vera de aquellos recuerdos que hoy se pierden en la distancia inquebrantable del período que recorre pasa avanza y camina sin detenerse en espaciados ciclos de desventurada infelicidad. Rompen los miedos, se exterminan las dudas quebrantos dolores, las tristezas de la tortura de sueños irrealizables junto con el verde ennegrecido del musgo húmedo bajando por las praderas de los sueños y ausencias del espacio de los ciclos anteriores, corroen sus desmigajadas desilusiones esparcidas en las calles vacías del alma. Se adormecen los susurros enardecidos entre los pensamientos del largo día. La luna blanca redonda, sorprendida se esconde entre las dunas del silencio, dueña de los orillados sueños perdidos entre la interminable y profunda mirada del recuerdo donde se acurrucan los antiguos pensamientos adheridos al espíritu. El aroma de los arándanos de verano tiernos recién cosechados huelen a aromáticas ilusiones. Las suaves hortensias humedecidas con lágrimas de rocío se agitan sorprendidas entre las piedras corroídas por los volcanes erupcionadas entre el dolor y la pasión de los enamorados, las ilusiones que todavía quedan en los corazones jóvenes transparentes aun deseosos, alojados en sueños esperanzadores de los que no quisieran despertar. Los caracoles se asoman curiosos mirando de frente el sol frontal desafiante que busca las preguntas y respuestas entre los pequeños arbustos donde se posan los picaflores irisados, las abejas en busca de su alimento y las mariposas pintadas a mano por el jardinero de los cielos saltando y volando sobre las hojas de aquel florido jardín, los insectos alegran con su vuelo despertando el paisaje. Aparecen y desaparecen las ya ajenas nostalgias escondidas en los rosales florecidos. El amor invade metiéndose entre las luces y sombras del vergel, coloreados de sonrisas alegría felicidad de los seres que viven y reviven bajo el alero de las ilusiones de la vida... Las alamedas suenan como cascabeles mecidos por la brisa en aquella tarde asoleada refrescando la vida de los amantes, ellos se miran se besan se enamoran se sonríen se abrazan felices, se aman... viven... existen.


EL RELOJ DERRUMBÓ EL SILENCIO CON SU VOZ
Araminta Solizabet Gálvez García

              La luna se acostó temprano buceando entre las sombras de la noche. Se arropó con las frazadas del silencio castañeteando de soledad.

El sapo templó su barriga en el charco y el sobresalto desalojó de luz a las luciérnagas.

Saltó mi historia en el universo fugado de mi huella digital y el caballo amenazó mi torre con huracanes devastados. Crucifiqué mis brazos en la garganta de la noche desposeída del día y acosé con mi boca las dulzuras de la tuya. El gorrión empolló sus trinos en mis oídos sobrecogiendo el arpa de mis costillas. Y la puerta dejó pasar los espejismos de la bruma. Se  cayó el sol en el mar reflejado en el espejo y la cama se tendió en soledad de abrazos.

El agua llegó hasta mi boca con impulsos de frescura y con la intención velada de apagarme la sed. La sombra se tiró a los pies del equinoccio y de allí en adelante no lo dejó ni a sol ni a sombra.

La batalla de la resistencia de tus párpados se entregó al destello de la voz de las estrellas. El gusano aprovechó el hastío de la fruta madura y abdicó de convertirse en mariposa entre sortilegios y desasosiego.

Cuando traje el nuevo día a mis ojos resultó que un nuevo año había llegado. Llovieron buganvilias expropiadas de agobio, en magentas y amarillos, derramados en racimos de esplendor y fue allí donde el reloj derrumbó el silencio con su voz.


TENGO UN CORAZÓN
Francisco Pinzón Bedoya

"(...) busco en (la poesía) esa originalidad de la que hablaba (...), no en el sentido de la novedad, sino en el asombro..."
Marga López Díaz

Tengo un corazón fuera de sí
con un constante divagar de caracola
Se ha entrenado en mis circunnavegaciones
y se apresta para llegar conmigo hasta el final
Puede que haya sido mi más claro consejero
y yo le he hecho caso / sólo que... al filo del día
nos sentamos a cantar canciones que no sabíamos
y a entonar esas otros ritmos que nos habitan
en letanías que invocan parrandas desconocidas
A veces... con el paso de los lustros y de mucho mirar
cómo cambian las formas indecibles y los tiempos
en que esta armazón que lo sostiene se va añejando
nos ponemos de acuerdo en las cabalgatas
de tanto en vez y de vez en cuando
Trota y me acompaña cual el más bello garañón
que bombea alas a las palabras y aire a los suspiros
que en una manera sempiterna van con mis dedos
y mis imagos en la búsqueda infernal de las derivas
que no son más que mis propias ansias
patrocinadas desde dentro en un solo cante jondo
Tengo en medio de todo lo verbórreo que soy
un ritmo y una acuarela / una prosa desangelada
y un millardo de poemas en la boca
pero siempre... un trepidante latir que me dice
que todo está bien... y que iremos hasta el fin
con la misma sonrisa / los mismos dedos
y ese tam tam que fabula más de lo que espera


ALTERACIONES DE BARCO Y VUELOS
F.S.R.Banda

Irán los violines erizados subiendo por la escarcha desatada abrumando de arpegios y cadencias los rojos corales incrustados en los delirios de los náufragos felices abandonados en las islas del archipiélago atardecido, altas hogueras iluminaran el nocturno injuriado por la luna sangrienta. Desatarán arreboles y luciérnagas sus joyerías transparentes, sus vidrios craquelados, sus pequeños prismas translucidos con sus incautos arcoris, las esquirlas alcanzadas del oro entumecido. Urdirán sus tramas los pájaros emigrantes sobre los barcos anclados en los oleajes, a la espera de la cercana lunación que los desencalle de la tristeza marina, de las algas del letargo, de las espumas de la nostalgia. Repartirán sus resplandores los trigales reflejados de antiguos soles y equinoccios, dejando en los surcos del agua sus incrustaciones de amarillos topacios, arderán sus espigas acunadas por la brisa que viene de los bosques con su tráfico de mariposas fugitivas y las incandescencias del polen del quintral, retornarán a su grano, harina y pan, no a la semilla inconclusa, no al alba sosegada ni al cuenco donde se sueñan las lluvias otoñales. Alcanzarán las piedras las revelaciones de sus orígenes magmáticos, las vegetaciones sus raíces en sequía, endriagos y vestiglos verán reflejadas sus monstruosas imagos en el estanque de los peces dorados y los nenúfares carmesí, solo entonces el día iniciará el ceremonial de los órficos encantamientos. Descenderán a sus infiernos las máscaras con sus carnavales y sus demonios, ciertas tribulaciones brotarán desde la tierra misma para volver a florecer en las derrotas innecesarias y las miserias de celofán, cada patética tragedia asumirá su insignificancia y su dramática minucia. Surgirán vetustas vehemencias ya cansadas, ya saciadas, impregnadas de un hastío de inmortales, agrietadas en sus soberbias por los oscuros tiempos de las manos vacías, por los quebrantos de decadentes escrutinios, por los vestigios fragmentados de un ayer imposible. Romperán las palabras sus trabazones barrocas, como río lento se verterán en las marismas clausuradas, decantarán sus ocurrencias de feria, sus adjetivaciones incomprensibles, sus zalagardas de circo pobre y también sus destellos, asombros y sutilezas soterradas, furiosas arcillas irán cubriendo los esqueletos fosilizados de los celacantos, los mustios pétalos de las dalias, su imaginario de cristales y su intransable dialecto del fervor. Seguirán los pájaros en sus vuelos sobre la nave quieta en el oleaje, esperando perdidas lunaciones encallada en la serena eternidad de los horizontes marinos, de las algas del sosiego, de las albas espumas de la melancolía.



Revista PARADOXAS N° 194
1º de Marzo de 2014