PARADOXAS
REVISTA VIRTUAL DEL SURREALISMO
NEOBARROCO
Año XI - N° 207
INDICE
AYER... - Nieves Mª Merino Guerra
ELLA - Guillermina Covarrubias Medina
SINÓNIMO - Guillermina Covarrubias Medina
SOLO MUJER - Ivonne Concha Alarcón
AUSENCIAS ALUCINANTES - Thania J. Rincón P.
RETROSPECTIVA DEL AMOR - Thania J. Rincón P.
EDITORIAL
“Yo quería hacer una poesía lo
más independiente de las palabras, que resistiera cualquier traducción y es a
través de la prosa, -cuyo ritmo es el que más se acerca al de la sangre- donde
se consigue mejor.” (i)
“La pregunta hay que plantearla
desde el punto de vista de la relación que se tiene con el lenguaje. El
nuestro, digamos que neobarroco, lo es porque está dando tumbos en la maraña,
golpeándose, hiriéndose, cicatrizando: lenguaje hendidura, cicatriz; lenguaje
orificio, por el que salen expelidas las palabras, renovadas, fétidas,
insolentes, desesperadas. Yo siento un odio profundo hacia el lenguaje, es mi
enemigo: porque siento un amor profundo por el silencio, del que no soy, nunca,
capaz. Soy un monje hablador, un asceta gárrulo, un impotente ante la
indisoluble fuerza del silencio espiritual. Amo la Nada que detesto. Porque la
amo, hablo; porque la detesto, hablo. Y no sé abrazarla; es decir, callar.” (ii)
Dicho por Jaime Sabines (i) y José
Kozer (ii). Vale.
El Editor
Notas biográficas.-
Jaime Sabines Gutiérrez (Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas, 25 de marzo de 1926 - Ciudad de México; 19 de marzo de
1999) fue un poeta y político mexicano, considerado como uno de los grandes
poetas mexicanos del siglo XX.
José Kozer (La Habana, 28 de
marzo de 1940) es un poeta prolífico y traductor cubano radicado en los Estados
Unidos desde 1960.
MÁS ALLÁ DE LOS TIEMPOS
Beatriz Graciela Moyano
Inmersos en la holgura de un
espacio que carezca de tiempo, emanarán formas, las formas rediseñadas por el
ahora en el entonces, una locuaz consecuencia de las revelaciones que brotan y
caen de los abetos y sauces, sinrazones maravillosas cuando cae la tarde y se
aproxima otro otoño de estaciones y vida. Hay parques paseados mil veces, con
la luna al hombro y los cabellos humedecidos de garúas, se ven las estatuas y
mármoles que lucen aún sin leyendas talladas, como si un óvalo de luz los
protegiera de las inclemencias de los años, todo sucede en este u otro reloj,
sin arena ni péndulo, resbalando como en un túnel oscuro, que converge en su
vértigo a las aguas del río ancho como mar de arrebatos, allí se hallan todas
las imágenes que la memoria gastada despojó de su sitio preferencial, pero es
seguro que se confabularán los juncos y jacintos florecidos y las aves de ayer,
para unir los trozos de mapas esparcidos por los islotes, por los vagones de
algún tren solitario con vías oxidadas en la estación olvido adherida a los
huesos. Más allá de la urbe, los pájaros en sus nidos aguardan el fin de ciclo,
con los acontecimientos anunciados y ella con su condición de paloma asustada,
sale por las rejas del claustro con esa ilusión del libre albedrío que disuelva
hasta las piedras, que transmute la cordura y vuelva a ver los girasoles
pintados en sus campos mucho antes de la cosecha. En el dedo índice sigue
encarnado el ónix negro que la protege en el tiempo de todas las figuras
estáticas, un aroma a café guía el rumbo de los pasos por las veredas de la
inmensa ciudad de los poetas ilustres y el gentío, pero por si acaso se
perdiera en la confusión de los millones de rostros, soltará a volar el
barrilete con los colores del arco iris que le regaló el primer día, el primero
de todos días, en el primer verso de todos los versos, de los miles de versos
que escribió en las rocas, en la corteza de algún árbol de su bosque o en los
vidrios de la ventana. Solo entonces en la certeza de las huellas profundas del
alma, sentirá los acordes, escuchará una música irresistible, más allá de los
tiempos.
AYER...
Nieves Mª Merino
Guerra
Amaneció soleado. Un día
apacible. Algo cansado. Continuaba lento y al tiempo esperanzado en algo
diferente. Un aliciente, un poco de valor sobornando al sopor...Con paso
desganado y huesos doloridos siguió su recorrido. Al fondo, la distancia. La
mirada inocente que observa diferente. Se despidió en silencio cuando asomó la
luna creciente y jubilosa. El cielo despejado sonriendo a las estrellas como un
novio encantado durmió al último ángel sellando otra alabanza con algo de
tristeza. Llegó la lluvia intensa golpeando la ventana -mojando los cristales y
congelando el alma- El viento enfurecido... La noche fue desierta... -Se le
nubló la luna y todos los cometas- Hoy todo está empapado. Las calles y mi
alerta...
ELLA
Guillermina
Covarrubias Medina
Ella quiso caminar sobre sus
pisadas desgarrando el reloj sobre un murmuro persistente, que la hace saborear
la sal y miel de los minuteros paridos del romanticismo,se figuró Ángeles
caídos en una lluvia de sueños incultos,en la llamas de aguas transfiguro el
silencio alucinante del infierno,siguió la huella de unos zapatos con el signo
de Eros le sangró la boca con los cristales rotos del espejo mágico como un
conjuro de madrastra de un cuento de Disney, sin edad o con edad que importaba
la inocencia pagando tributo a su sordera secreta, intenta calzar sus
huellas,pretende,intenta, hasta que las hace ajustar, encajando y contrayendo
las articulaciones de sus dedos adoloridos por el trajín, por hacerlos
coincidir, veinte treinta cincuenta, de pronto sus pies se hunden en unos pasos
antañones contextualizados, se detiene, donde existe y se resiste la razón,
quiere avanzar, no puede, espinas le traspasan el corazón que late sin latir,
no quiere quererlo, no se propuso amarlo, entonces injuria contra su propio yo
por haberse echo grietas en el alma, fisuras que duelen aun como si fuera un
reloj de arena que nunca llega a la hora predispuesta por el relojero que lo
construyo, se rinde, se va hundiendo en arenas movedizas que la van tragando
como boa que se engulle un borrego, grita sin alzar la voz, llora, solloza, es
un tributo al silencio, ella desea salir del pantano porque es tan difícil se
pregunta, ella no quiere tener conciencia ni sabiduría ni palabras ni
intelectos, ella ya solo quiere volar.
SINÓNIMO
Guillermina
Covarrubias Medina
Las escrituras fragmentadas
declamando en las esquinas, miente el embrujo miente mientras un cigarrillo se
consume y el humo se arremolina junto al
de ese café que lanza siluetas de mentira que se cuelgan en las tristezas donde
guardo tu esencia en las bifurcaciones del charco que soborna la memoria
aniquilando mi existencia de gárgola rancia, imitando las dalias los musgos
hablantes perpetuando los tiempos para
no ser la mujer inconclusa, tengo que acostumbrarme al olvido de las palabras
mustias encerrarlas en un calabozo de acero sin puertas ni rendijas hasta que
el letargo las asesine, borrando el matiz de la estupidez atestada de
inclemencias que dejan mi ojos salados, como ramera con el pelo revuelto busco
los verbos para perderme y amarte, en los signos demarcados de una mascara
risueña debajo de un paraguas roto que mojan empapando la boca de natre en
impíos símbolos mimetizados en poesías traidoras donde te beso semioculta
enredada en las raíces de la perdición de un sauce en el río, caminando como
cangrejo en un mar de arenas desérticas sin agua sin sal sin mareas,
contaminada de sueños linyeras, entonces ya no quiero imprecar de palabras mi
lengua para no sentir el metal del puñal en mi carne, en este encierro
emocional de mierda y escribo y me leo en un carnaval perpetuo de mis sueños de
niña en un cuerpo de mujer inconclusa irresoluta hilando telarañas ,y viajando
en ti, quiero tirar tu nombre desde un avión en vuelo y yo disolverme en el
espacio.
SOLO MUJER
Ivonne Concha Alarcón
Solo mujer, hembra, verso y las
palabras inventadas, fraccionadas, ficción de alma solitaria, deseos en un
cuerpo cansado en el casi ocaso y las penumbras, asomado el hastío y el deseo
lejano, la pasión y el desaliento. El placer negado, Una danza, un vaivén
constante e intermitente delirio de alma solitaria, Desesperación desmedida a
ritmo suave intenso distante. La divinidad aparecida de entre los rayos
celestes del cosmos universal. Duelen los letargos, las emancipaciones, el
crecimiento de lo racional, la inocencia perdida, la transparencia oculta en
matices degradé, la luz difuminada en tonos pastel, los sentimientos ocultos
entre el ramaje de lo inconsciente, las mariposas cansadas, los pájaros sin
alas, los vidrios empañados, el cristal opaco, las letras muertas, negando la
verdad prevaleciendo la mentira de los juegos florales primaverales inventados
en círculos de fantasías que giran alrededor de los mil versos escritos en
romances ya extinguidos, la flor roja que va pereciendo, mustia y flácida,
negruzca, de pétalos caídos. La mujer oculta, migajas de vida restringida entre
poesías maltratadas, versos paridos en el romanticismo, en la poesía dolorosa
del desamor, la poesía del holocausto, los poetas malditos y las huellas de un
pasado cuidadoso, relamido, desabrido, sin fragancia, ni aromas, pasión
desaparecida. Atrás quedaron los sueños, los deseos ocultos, el sueño
pendiente. Ya no va más dice el crupier… Arriba vuela un ave Fenix, resiliente,
positivismo, crecimiento, nace de nuevo cada vez. Renace la mujer, muere la
antigua... mejora la vida.
AUSENCIAS ALUCINANTES
Thania J. Rincón P.
“Curioso que la gente crea que
tender una cama es exactamente lo mismo que tender una cama, que dar la mano es
siempre lo mismo que dar la mano, que abrir una lata de sardinas es abrir al
infinito una lata de sardinas…” Las
Armas Secretas (Julio Cortázar).
Haber reído con la noche y haber
llorado con el alba, cerrar ciclos guindando de un recuerdo que vuelve cuando
quiere y cuando no, no eres nadie, no eres nada. Los versos que nombran solo
reviven el absurdo vacío que en minutos eternizantes reúne dos almas. La
afinidad es un extraño enjambre de felicidad que danza en el infinito; su breve
aparición no evita hacer costumbre la nostalgia en la distancia. No es lo mismo
añorar que volver a ser, parece vociferar el viento desafiante, mientras la
brisa, condescendiente, defiende lisonjas de dardos discriminantes. Ni las
flores son tan suaves; ni las espinas, funestamente punzantes. La peor tortura
es el encanto y la mayor divinidad, la impertinente aventura de tropezarse con
un desafío delirante: entonces arde la sangre y al evaporarse el equilibrio, el
presente es torbellino que logra pulverizar todo después y todo antes. En
fantasma de circo sin bufones, en mimo olvidado del séptimo arte, se convierte
el dolor, esa caricia en la piel cuando solo se ha sentido un frío desgastante.
Sin tormenta que el verbo arrase, ni intriga que haga irresistible la tentación
de apartarse del mundo por un instante, no será diferente desear que evitar; ni
lo mismo, no esperar que desesperarse.
RETROSPECTIVA DEL AMOR
Thania J. Rincón P.
Cuando el sueño se consume
y se consuma la alegría
el cansancio dirá adiós al miedo
y el dolor le hará un guiño a la
locura.
En los deseos habita la nostalgia
por la presencia fugaz que seductora se impone a los sentidos, doblegando
viejas ansias y obsoletos rencores encendidos. Adivinarse tras el aislante
entrecejo, sospecharse en la risa irrefragable y en la complicidad
espontáneamente desprendida. Encender las glorias que traicionan los silencios
y sacuden los instintos que excitados estallan a la deriva. Destruir las
invisibles barreras que separan a la libertad de la aventura. Penetrar
hábilmente en cada dádiva reprimida, lustrar complaciente las huellas de la
soledad o de profundas heridas, evaporando por arte de magia o milagro las
vagas recriminaciones y absurdas torturas infructíferamente comprimidas. De
allí, del placer del dolor inusitado que sorprende in fraganti a la cordura,
emergen los sueños profundos de exóticos aromas y la gama infinita de colores
que descubren del mundo su camuflada hermosura. En las ventanas quedan colgadas
fosilíferas cavilaciones y las identidades nunca menos confundidas, ante un
alguien sin voz y sin rostro que logra quebrar toda estricta o simulada
defensiva. En el techo, en las paredes, en las sedas, en la brisa, se reflejan
incesantes los ensueños que multiplican incipientes perspectivas sin destino ni
idolatría que esculpan imágenes refulgentes con titilantes fisuras. Configurado
ya, el momento convierte en maravillosa novedad las escasas horas que
justifican con aplomo el hastío de la espera de las tantas vidas. Cada poro
siente el peso del gozo, cada vena se transparenta en la carne viva y un fuego
fatuo en extraordinaria sumisión se exalta en las ilusas pupilas. El nuevo
anhelo, generoso y oneroso huésped que ahuyenta con fuerza las penas guarecidas,
exhibe con donaire, en cualquier vibrante u opaco recinto, su talento
prodigioso de mostrar la luna con todas las luces del universo encendidas.
Danzan en complicidad y jubilosas las estrellas, al suave ritmo de la dulce
bienvenida, renaciendo un intenso suspenso que en supremo placer torna la
enjambrada tertulia de los huesos y las fibras, hasta rendirse desconsolados
los cuerpos en la insoslayable eclosión que conduce a la ruptura y a la
taciturna despedida. Solo la noche entona sutilmente su llanto, las farolas
develan las sombras que se arropan con tristeza desmedida, aferrándose al sueño
que se escapa en los vapores y en las sonrisas dormidas. Indescifrable y fortuito encuentro sin
retorno, extraño otoño sin primavera ni verano ni inverno, singular ocaso sin
previa cita. La felicidad, de nuevo en la oscuridad, como un fantasma de la
última ciudad perdida, sigilosa también se disipa. Quizá necesariamente
reaparecerá en alguna u otra mañana, en cada atractivo ente que vanamente
emular el amor exija, y en las almas que crónicamente insatisfechas cubren su
realidad con una frágil e intermitente ficción, plena de incongruente,
arriesgada, entusiasta y eternamente volátil fantasía.
La forma
de poema es una desgracia pasajera.
Osvaldo Lamborghini, “Die
Verneinug”, 1977.
Revista PARADOXAS N° 207
2 de Abril de 2015
Muy buenos, amigas. Muy buenos!
ResponderEliminarAbrazos