PARADOXAS
REVISTA
VIRTUAL DEL SURREALISMO NEOBARROCO
Año
XI - N° 212
INDICE
Todas ellas… - Tony Cantero
Suárez
SOLER PUIG, NOVELISTA NEOBARROCO (Primera parte) - Luis Álvarez
El pan dormido (fragmento) -
José Soler Puig
¿Son las Lágrimas de los
Angeles Conejitos Enanos?. - Francisco Antonio Ruiz Caballero
EL MAR Y TUS REFLEJOS -
F.S.R.Banda
ABRAXAS, un viaje por la
psicodelia – Nota literaria
EDITORIAL
Conversaciones
con José Lezama Lima.
¿Cuándo comenzó a escribir? ¿Cuándo decidió dedicarse a la poesía?
En realidad, empecé muy joven, después viendo las dificultades de
publicación me dediqué a hacer revistas para ir publicando mis cosas. A mí
nunca me ha interesado publicar sino hacer, como aquel noble inglés que
escribía sus poemas en papel de cigarrillos y después se los fumaba y
exclamaba: lo interesante es crearlos. Uno nunca se dedica a la poesía. La
poesía es algo más misterioso que una dedicación, pues yo le puedo decir a ud.
que cuando mi padre murió yo tenía 8 años, y esa ausencia me hizo hipersensible
a la presencia de una imagen. Ese hecho fue para mí una conmoción tan grande
que desde muy niño ya pude percibir que era muy sensible a lo que estaba y no
estaba, a lo visible y a lo invisible. Yo siempre esperaba algo, pero si no
sucedía nada entonces percibía que mi espera era perfecta y que ese espacio
vacío, esa pausa inexorable tenía yo que llenarla con lo que al paso del tiempo
fue la imagen. Por eso la poesía ha sido en mí siempre vivencial, alrededor de
una pausa, de un murmullo, se iba formando la novela imagen, yo iba
reconstruyendo por la imagen los restos de planetas perdidos, de zumbidos
indescifrables.
Pirateado de “Artes poéticas, recopilación de artes poéticas en
castellano”. Vale.
El Editor
REHABILITACION
Guillermina
Covarrubias
Sombría cabizbaja la metamorfosis en las piedras marfiles, colmillos
de insomnio que alucina desperdigado por la habitaciones de cueros y metales
resonantes sin poder desatar los nudos de la ignorancia tosca reluciente con
arrullo de bandadas de pájaros confabulados con el infierno en trance, sigilosa
atravesando los espejos con su vocecita de doncella escribiendo una bitácora en
la quinta noche, sudando promesas debajo de capa de girasoles desorientados
intentando huir de las escorias blancas que aquietaban la inquietud despenada
de amapolas soñadoras que te sigue a tu puerta a tu lecho para pellizcarte con
las ansias que te siguen a la cama, revoloteando como zancudo con su
zzzzzzzzzzzz intolerable, entonces tuerces la mirada ácida que rasguña la piel,
las manos son rosas rojas desfloradas esquizofrenias martillando las cerámicas
de una pared mutilada de lamentos, flotando a las dos semanas paloma asustada
con el vuelo desbocado gira y gira en busca de unos perdigones blancos para
dormir en la vorágine del placido descanso con la cuerda en la boca y en el
corazón un laberinto falso, surcando impúdicas las esperanzas borrarse de este
mundo como flor desnudada con bordados brillantes y la epidermis profanada,
hasta que un día despierta vestida de blanco tan blanca como las sabanas
blancas vaga errabunda un destierro de Apocalipsis con reflejos difusos, y la
lucha continua hasta encontrar el jolgorio de libertad, leve cautelosa como se
hunde la tarde ríe canta sueña ama vuela respira libertad, sin el peso de la
historia.
DESNUDEZ DE PALOMA
Amelia
Arellano
“Siempre creo estar en otra escena,
y encuentro mi lugar en la
que ya he perdido,
eso significa talvez, que nunca estoy en parte alguna...”
JULIA ULCEDA
Esta desnudez de paloma no sé
de donde viene. No sé donde viene. Ay. Hondo silencio. Inabordable planisferio
de angustias. Sed estallada en el espejo. Límites. Inabarcable tiempo.
Incertezas. Códigos de células. Abismos sin cancelas. Desnuda desnudez...y un
sopor. Un lugar donde estoy, pero que nunca estuvo. Que está, pero sin mi. Un
lugar que desoye mi nombre. Que no me toca, que me niega y me ciega. Esta
desnudez no se inicia en el páramo. Desde más allá, viene. Desde los cinco
continentes de mi mano. De ojos morunos. Lunas encabritadas. Camafeo de
angustia. Huellas digitales. Sed de fauno. Aguijón. Lluvia. Certeza. Sobre todo
certeza. Desde el linaje verde, bendigo esta certeza. Esta desnudez de paloma.
Destino de gotas en la hierba. De pradera. De hormiga, cucaracha. Hechicera,
homínido. Cigarra. Mate amargo. Pena dulce. Brote. Pezón. Hojarasca. Me cubre.
Me puebla. Me sostiene. Desnudez que me viene desde lejos...y me arraiga.
Todas ellas…
Tony
Cantero Suárez (i)
Blusas rotas van remando cabizbajas, el arrullo del Olimpo trae
guitarras, el mar desborda los ríos y las penumbras los abrazan tras el paso de
una balsa trasnochada, que avanza hasta el mañana esperanzada de ver la
claridad tras la vía láctea. Las olas traen rabia entre cortadas, pero en proa
ya presagian tierra y plantas; se escuchan vivas y se cantan muchachadas.
Agua dulce y piel salada, solitaria oscuridad en la desgracia.
Tierna y ardua gira al sol la madrugada, la distancia emancipada olvida en
calma, repentina choca el ancla contra una trampa; y todas ellas se encallan en
una playa lejana, pues el sueño que buscaban llegó al alba. Se dan las gracias
con ganas, miran atrás, callan; y se refrescan en la orilla sofocadas.
Entronizando el verde azul de la mañana, por algún Edén pleno de
magia.
Los sentimientos más lindos se me escapan, los más bonitos deseos y
las cuentas tras castigos pernoctadas. La pasión, la inteligencia y la
metralla; y la gracia, pues cuando traen sobra tanta. A las malas y las buenas
que hay de Damas, van mis letras, estas mismas, dedicadas. Pues en las malas y
en las buenas, todas ellas me respaldan la palabra; inclusive si es abstracta.
¡Y todas ellas me encantan, las amigas, enemigas y añoradas
cortesanas!
Sabia mujer que eres sabia, no te atrases, adelanta. No hagas del
mundo que haces, solo el mejor que te plazca. Tienta siempre calculada la
mecánica; y mejórala, apuntalando la razón equivocada. Y duda plagias que te
nutran con lágrimas amargas, pues las tuyas valen más que las de plata en
prendas raras. Y aúna espadas, cual corazón de una patria.
Dulce mujer temeraria, predicación rebuscada, caderas, torso,
manzana, Venus de almíbar y guiñadas; sufrimientos que hace siglos se derraman,
e inspiración que hace falta a la nostalgia. ¡No te detengas; reclama! Va por
tu estampa y vuelve con ella abrazada entre carne y sabanas. Y dite que al amor
ya dada, la muerte despediste errática, dejándola preñada.
¡Pero no te calles, habla; pues el silencio otorga y mata!
Cruenta mujer legendaria, pico en las plumas, garra de águila, pistola
armada y voz volcánica y autoritaria. ¡No te confundas; cambia! No formes bulla
por las plazas, pues los celos y los juegos cortan caras. No te digas que eres Bárbara, la Vampiresa de
las musas trágicas. Y vuelve al mundo de los suelos, donde a los buenos les
regalan una estatua…
Y hasta el anónimo paga, si lo delatan por paria. Pero a la gloria
también lo alzan, cuando lucha porque el mundo mejor valla; y nunca engaña.
Sangre de sangre sangrada, florecida rosa roja con la corola
excitada, pétalos de cuero color malva y tez de Hada. Pestañas largas, dedos y
uñas masticadas por las ansias. Venas del pueblo y diapasón de lo que pasa,
dite que sin ti, todo cambiará; y bate alas. Ya que no existirá especie humana,
ni animal, ni extraterrestre, ni parásita; si tú no eres respetada.
Y por todas ellas que también son necesarias; exaltada e idolatrada.
Y amada como se ama; ¡para que cuando la vida parta queden trazas!
(i) Poeta y narrador cubano residente en París-Francia, libre y
autentico pensador. Humanista, de pensamiento filosófico literario enmarcado en
la nueva corriente poética de: “Los Idílicos Existencialistas”.
SOLER PUIG, NOVELISTA NEOBARROCO (Primera parte)
Luis Álvarez (i)
Es estremecedor, al acercarnos al
centenario de ese deslumbrante narrador que es José Soler Puig, comprobar qué
mal comprendido fue en su tiempo. Más allá de premios y reconocimientos
sobradamente merecidos, su obra recibió una difusión internacional muy pobre y,
en términos de su evaluación literaria, la crítica cubana, salvo excepciones
muy puntuales, se acercó a él sin calibrar de modo suficiente la singularidad
de sus aportes y su antelación, en una serie de aspectos, a las
transformaciones que habría de su-frir la novela más adelante en la Isla y
fuera de ella.
Lector perspicaz de Lezama Lima, el
narrador santiaguero construyó una arquitectura narrativa que, sin la menor
duda, hay que considerar como un caso de espléndido barroquismo cubano,
parigual al del autor de Paradiso y
al de Carpentier. Pero esta es una apreciación que le ha sido sistemáticamente
negada por una crítica literaria de proverbial miopía.
Su primera novela, Bertillón 166, ha sido objeto de lecturas unilaterales, y de una
sistemática docencia aburridora, de modo que terminó reducida a una especie de
testimonio político sin matices: nada podía ser más efectivo para desviar la
atención de sus tangibles valores literarios. Esa opera prima del novelista está construida sobre dos categorías
barrocas esenciales: el límite y el exceso. La trayectoria de los personajes,
constreñida al máximo por la represión, se desborda violentamente en un lapso
estrecho, como una explosión feroz que, en este caso, no se produce en una
catedral carpenteriana, sino en domicilios y calles diversos de una ciudad
aterrorizada y, sobre todo, harta de una tiranía sin sentido ni futuro. Soler
Puig, todavía inmaduro como narrador, tuvo, sin embargo, el talento innato de
desplegar su texto como una confluencia de dos geometrías: el interior
domiciliario, tenso y atormentado, y el espacio abierto letal de una ciudad
desgarrada más por el terror, la desesperanza y el odio, que por balas
efectivas. Así esta breve novela se desarrolla sobre la base de excesos
sistemáticos, en los cuales Soler insertó a sus variados personajes, ajenos a
una jerarquía de protagonista y secundarios, cuyas vidas y muertes se
entrecruzan de una manera por completo fragmentada, tal y como en las próximas
décadas habría de manifestarse el campo de mayor experimentación neobarroca,
las series televisivas, esos culebrones de un neobarroco comercial,
contraposición del artístico, pero también su correlato.
Las criaturas de Bertillón 166 tienen una trayectoria vital tan desconocida como el
termino criminalístico que cataloga formalmente sus muertes. Soler prueba sus
armas de narrador con un sentido de la etimología del detalle con que conforma
las imágenes fragmentarias de sus personajes: el sastre, por ejemplo, es una
figura construida a partir de mínimas claves cuya eficacia no está relacionada
con el escaso volumen de su descripción o su historia precedente. Su origen,
sus significados primigenios, su étimo existencial, tienen que ser adivinados
por un lector muscular y participante.
Si el punto de vista narrativo es vital en
toda su obra, hay que añadir que exige continuamente del lector una agilidad
inusual para captar esos sujetos que solo se revelan en una mirada, una
actitud, un impalpable gesto. La combinación de límite y exceso, represión y
pasión, la invitación continua a encontrar el significado original (etimología)
de los detalles que construyen a los personajes, son la base (neo)barroca de Bertillón 166 y será en el resto de su
obra, y en particular en sus hitos de mayor eficacia artística, un elemento
constante. Santiago de Cuba, más allá de su secular núcleo urbanístico
colonial, se convierte en la novela en un laberinto desenfrenado, cuyo
dinamismo visual es nuevamente un índice de que Soler estaba fundando un nuevo
tipo de barroquismo antillano, diferente del barroco lezamiano —asentado en un
gustoso estatismo, de fascinante tallado decorativo y simbólico— y también del
barroco carpenteriano —deslumbrante en su lenguaje inacabable, sus series
escalonadas de vocablos, su obsesiva descripción conquistadora de una realidad
que se quiere equiparar en prestigio con los viejos tópicos euroccidentales—.
(i) (Camagüey, 1950). Profesor titular de
la Universidad de las Artes en Camagüey.
El pan dormido (fragmento)
José
Soler Puig
Las cosas se están derritiendo y nadie se da cuenta porque todo lo
que se derrite mantiene la apariencia, que la apariencia es la cáscara de las
cosas y las cosas son los hombres y los animales y los muebles y los aparatos y
todo lo que hay en el cielo y en la tierra y en el mar. Vivir es derretirse y
nada está muerto, ni siquiera lo que parece muerto. Y cada cosa que se derrite,
cada hombre, cada animal, cada mata y el agua y el viento y la tierra y el
cielo, todo, se derrite sin perder la forma, por dentro, consumiéndose para
vivir, pero no como se derrite la vela, que a la vela la llama la derrite para
alumbrar y no es eso, sino el derretirse para vivir, sin que se vea, que
también pasa con la vela y con la llama, que se van derritiendo además del otro
derretirse, porque la vela y la llama también viven. Y el día también se
derrite, y la noche. En esta noche de ahora están las cosas derritiéndose
alrededor de la gente de Macías y esta noche la gente de Macías no es solamente
el turno del pan dormido y Manuel y los carreros de caballo y los dos
repartidores de los carritos de La Barca, que ahora también son gente de Macías
estos hombres que vinieron a meterse en la casa vacía, uno a uno o en pareja,
subiendo por la escalera del zaguán y pasando por la otra cosa, sin hacer sonar
la madera de los escalones, que estos hombres vienen escondidos.
-Miren eso -dijo Tita.
Salieron por la puerta de la
saleta y entraron en la casa vacía también por la puerta de la saleta. Las dos
casas tienen dos puertas cada una, una puerta en la sala y otra puerta en la
saleta. Hay un cuadrado al final de cada escalera y son dos las escaleras, la
escalera del zaguán es de la otra casa y la escalera de la calle es de las dos
casas. En la escalera del zaguán, el cuadrado lo forma una reja de hierro con
dos lados de barrotes y dos de madera. Y los lados de madera son la pared que
divide las dos casas, y la pared del corredor al techo y el cuadrado es como un
cajón. En el lado del frente de reja está la puerta. El cuadrado de la escalera
de la calle está forrado por cuatro paredes de tablas amachimbradas, que por
dos cuartas partes no llegan al techo. Las puertas de la casa están en un solo
lado, separadas por el comienzo de la escalera. Las puertas de la casa vacía
están en dos lados, una frente a la otra, y hay un lado que no tiene puerta,
que tres de los lados del cuadrado de la escalera de la calle pertenecen a la
casa vacía y la casa solamente tiene uno.
¿Son las Lágrimas de los Angeles Conejitos Enanos?.
Francisco
Antonio Ruiz Caballero
¿Son las lágrimas de los ángeles conejitos enanos?. El serafinito
Gabriel tenía los ojos verdes y amarillos como un playa en verano, y los
cabellos azules, polvillo para teñir la colada, añiles, lapizlazulis, y sus dos
alitas eran rosas y lilas, como una extraña flor selvática. Iba de nube en nube
saltando como un caballito. Y a los pies de la Virgen tocaba la armónica de
cristal, irisaciones de vidrio para lirios de platino. Un día bajó a la tierra
del unicornio, porque quería probar zarzaparrilla auténtica, estaba cansado de
la ambrosía que preparaba Ganimedes, con zumo de estrellas violetas. Ganimedes,
¡¡¡¡qué personaje¡¡¡, un atleta total, pasaba las horas de los ponientes
preparándose para la maratón, corriendo por las estepas siderales con un
taparrabo y excitando con su musculatura panterina a las hadas de alas de
diamante. Así que Serafinito, decidió bajar a la tierra del unicornio. El
unicornio corría libre por la selva de las amapolas. Era un unicornio azul,
como el de la canción, galopaba encima de una partitura de níquel, grabada con
tinta de rodocrositas, en cada nota daba un saltito el caballo, y por eso
parecía que bailaba un rondó de Charpentier, su cuerno azul brillaba a veces
como un relampaguito, y cinco mariposas verdes le seguían dejando el dorado
polvillo de sus escamas en el aire. Bebía de una fuente de oro, no la fuente,
la fuente era de mármol, el agua es lo que era de oro, y los belfos rosas se le
ponían amarillos o naranjas, y luchaba contra un ciclope de quinientos ojos.
Tenía de amiga una araña gigante, que guardaba la entrada de una cueva secreta.
La araña daba mucho miedo y era venenosa, de un solo picotazo mató trece
gigantes cuando la batalla de las doce columnas de basalto. En la cueva se
guardaba el cisne de los ojos de rubí y la sirena de la voz amarilla. El
Serafinito Gabriel quiso escuchar a la sirena de la voz amarilla. Se subió
encima del unicornio y galopó sobre un pentagrama de pétalos de orquideas, el
cuerno del caballo brillaba endemoniadamente azul, y deslumbraba la vista, y el
ciclope de los quinientos ojos, asustado, los cerró de golpe, y se vieron
entonces las estrellas de la Nebulosa del Toro, todas de color naranja, y que
chirriaban furiosillas como el gozne de una puerta. Cabalgando sobre el
jamelguito llegaron a la cueva de la araña. La nebulosa del Toro embistió a un
capote celestial de estrellas rojas y se quebraron diez mil diapasones de plata
en un minuto. La araña no quería descubrir su secreto. Para pasar Serafinito
debía de darle algo, un cabello. El arcangelito se arrancó una nota de ázucar,
la araña se la quedó y con ella tejió una telaraña de seda turquesa llena de
pajarillos, que trinaban y trinaban gotitas de miel de azaleas. Entraron en la
cueva. Era obscura como la noche y se respiraba a sangre de pozo licuado, y el
angel sintió miedo pero escucharon la voz rubia de la sirena y se alegraron,
poco a poco fueron entrando, la obscuridad era menos porque el cuerno equino
relampagueba grillos de cristal. El cisne de los ojos de rubí, carbones
encendidos, standby de electrodomestico, los encendió, parecían la punta de dos
cigarrillos, y daban calor de lejos, como los laseres de las guerras
galácticas. Tenía el cisne un blancor tan inmaculado que no salía de la cueva
para que las nubes no se muriesen de vergúenza y la nieve protestara airada.
Flotaba sobre un lago rosa, de vino, que surgía de la boca de un dragón
imponente. El dragón tenía en cada uña una pantera y en cada pantera otro
dragón, y así hasta nueve veces. Y se oía la voz amarilla de la sirena como un
trigal en estío, estridente y armonioso de relámpagos dorados. En cada nota
amarilla flotaba una pompa de jabón negra, y cuando estallaba la pompa surgía
de ella una mariposa escarlata. Cuando Serafín vió a la Sirena le preguntó la
hora, y la nereida cantó la hora y todos los relojes de París se detuvieron de
golpe. Era un Sirena bellísima, tenía en el seno izquierdo el tatuaje de un
escorpión de fuego, que ardía sobre su pecho verdaderamente, echando chispas de
latón y chapa oxidada, y sus dos ojos verdes parecían esmeraldas desaprensivas,
envidiosas de la luna, tenía un cuerpecito de mulata de Nicaragua, y llevaba un
acordeón. Cuando se puso a tocar el acordeón el dragón se despertó, dejó de
verter vino en el laguito y soltó una bocanada de fuego chamuscando un poco al
cisne, que se puso gris como una perla vieja. La voz amarilla de la sirenita
desequilibraba los puentes de San Francisco, pero San Francisco no lo notaba
porque estaba abstraido en una apuesta. Era una voz tan dulce que parecía
surgir del fondo de una estrella de oro. Serafín, el unicornio y la Sirenita se
invitaron a zarzaparrilla, y se bebieron tres vasos. Pero era ya tarde y
Serafín tenía que dejar todo aquello y regresar al cielo, por eso no bebieron
más. La zarzaparrilla es un zumo hecho de notas de arpa y acordeón, tiene un
sabor ácido de limones sorprendidos en pecado, y un sabor untuoso de
madreselvas insatisfechas. Serafín salió de la cueva, tuvo que dejarle a la
araña una pluma rosa, porque la araña quería que su seda fuera celestial, y
salió volando como un arayo invertido. Pero llegó tarde al cielo. La Virgen
Inmaculada estaba realmente enfadada y le castigó a un més sin regaliz. Por eso
Serafín se puso a llorar en su cuarto de castigo, que era un nube hueca por
dentro. Cada vez que lloraba una lágrima sonaba un acorde de armónica de
cristal, y la Virgen, que oía su llanto, se dijo a si misma: he sido demasiado
dura, y consideró oportuno hacer un milagro, y por cada lágrima que el niño
angel vertía nacía en la tierra un conejito enano. El azulino nenufar dejó de
llorar cuando tuvo en su mirada diez conejitos.
Diciembre, 2007
EL MAR Y TUS REFLEJOS
F.S.R.Banda
Te soñé, te soñé en esa playa soleada, acosada por el mar y sus
reflejos, tu piel bronceada besada con delicada impudicia por un sol celoso, te
soñé soñándonos mientras conversábamos de poemas y barrocos a la espera del
atardecer, de sus malvas y sus arreboles, de sus rojos tenues y de sus pálidos
amarillos en las alturas quietas que dan hacía el crepúsculo, yo me sumergía en
tu mirada nostálgica, tu voz me iba hechizando para que no me atreviera a tocar
tus labios con un beso inesperado, el mar era de blancas espumas traviesas, de
pequeños oleajes que dejaban en el aire diáfano una música a ras de arena que
se esparcía en tu entorno como un halo misterioso, yo miraba tu piel desnuda,
los granates de tus uñas, el libro que leías antes de que te soñara,
esperándome, tus manos que me negaban la caricia, el roce mínimo, tu tierna
suavidad, yo observaba arrobado como en otro sueño tu pie sobre la arena,
saboreaba de memoria la sal cristalizada en esos territorios prohibidos, en tus
comarcas y tus paisajes, la noche se había quedado atrapada entre las algas
para que no te fueras, el sol seguía yéndose cada vez mas lento esperando que
te besara, tu seguías pensando en un verso que abarcara el instante con tus
labios dispuestos, y yo seguía sin atreverme para no despertar nunca del sueño.
ABRAXAS, un viaje por la
psicodelia – Nota literaria
Novela - Pablo Paniagua
La historia de la psicodelia en una novela, con Josef Mengele,
Aldous Huxley, Allen Ginsberg, Neal Cassady, María Sabina, Ken Kessey, Timothy
Leary, Jim Morrison y Jimi Hendrix entre algunos de sus personajes; un
recorrido por los años 60, la Revolución Psicodélica, el Movimiento Hippie y el
LSD como sacramento de una nueva religión, con la Guerra de Vietnam de fondo y
el reparto del mundo entre capitalismo y comunismo.
Martin Heinz, el joven ayudante del doctor Josef Mengele, en la
enfermería del campo de concentración de Auschwitz II Birkenau, Polonia, se ve
casualmente beneficiado con la Operación Paperclip, cuando más de setecientos
científicos y profesionistas alemanes, con sus respectivas familias, fueron
trasladados a los Estados Unidos de América para trabajar en los servicios
secretos durante la Guerra Fría. Pasados los años, ya como psiquiatra y con la
identidad de Martin Linder, deberá colaborar con el gobierno como agente
infiltrado en la Revolución Psicodélica, dentro del marco del Movimiento Hippie
y las protestas en contra de la Guerra de Vietnam y por la lucha de los
derechos civiles, en los años 60.
En esta novela, mediante la fusión de la ficción y el ensayo, se
relatan los hechos más relevantes, con sus protagonistas, de la contracultura y
movimientos contestatarios de los años 60, además de realizar un análisis que
nos arroja las siguientes preguntas: ¿Pertenecemos los humanos a una especie
neurótica? ¿Las religiones y las ideologías son capaces de generar demencias
colectivas? ¿Debemos buscar, por medio de la modificación genética, evolucionar
hacia una mejor versión más pacífica e inteligente?
Abraxas es la historia de antes de en Un mundo feliz de Aldous
Huxley, una apasionante aventura y un homenaje a aquéllos que, a partir de la
experiencia del LSD, soñaron un mundo de amor y libertad.
Abraxas se publicó el 18 de abril del 2015, el mismo día en que
Albert Hofmann descubrió casualmente los efectos del LSD, pero con una
diferencia de 68 años.
Edición Libro de Bolsillo y eBook, Amazon.es:
www.amazon.es/dp/B00VU85A24
Edición Libro de Bolsillo y eBook, Amazon.com:
www.amazon.com/dp/B00VU85A24
Edición eBook México, Amazon.com.mx:
www.amazon.com.mx/dp/B00VU85A24
Edición Libro de Bolsillo en México:
http://literaturaindie.mex.tl/35231_COMPRAR.html
http://literaturaindie.mex.tl/37764_CAT-LOGO.html
La
forma de poema es una desgracia pasajera.
Osvaldo
Lamborghini, “Die Verneinug”, 1977.
Revista PARADOXAS N° 211
7 de
Septiembre de 2015
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