sábado, 1 de julio de 2017

PARADOXAS N° 234

PARADOXAS

REVISTA VIRTUAL DEL SURREALISMO NEOBARROCO

Año XI - N° 234


INDICE

INEXPLICABLE - Ivonne Concha Alarcón
DE LA PALOMA MARINA - Ivonne Concha Alarcón
¡HOLA…JIM! ¿HASTA DÓNDE EN ESTA CARRETERA?... - Rosana Bustamante Gamboa
NO SEA MALICIOSO, ESPERANDO ESAS FOTOGRAFÍAS… - Rosana-Mercedes Bustamante-Gamboa
PECES - María Itza
Tributo a Marta y Fresia- Francisco Townsend
Otoño - Francisco Townsend
ESTADO FÓSIL - Andre Cruchaga
"La Ciudad" - Gonzalo Millán
LA GRAN TRIBULACION (Segunda versión) - F.S.R.Banda


EDITORIAL

“Sabía que el valor de la crítica radica en visibilizar autores a través de interpretaciones, no en destruirlos. Por lo mismo, nunca era predecible en sus juicios, ya que no buscaba el bien o el mal, o lo bello y lo feo. Esas categorías la aburrían. Sontag investigaba en las obras hasta tocar el fondo de éstas, su zona animal.
La pasiones intelectuales y físicas eran para Sontag un desagravió ante la muerte. Profundizó en lo radical para revelar “la diferencia” y lo innombrable. Constató de manera ejemplar que la libertad individual extrema no está reñida con el compromiso político. Y que nada es más revolucionario que el deseo.”

Pirateado de ‘Susan Sontag y el deseo revolucionario’, Matías Rivas, en La Tercera, Sábado 24 de junio de 2017. Vale.

El Editor


INEXPLICABLE
Ivonne Concha Alarcón

Inexplicable, rodó y rodó la ilusión, apagó su voz apacible entre murmullos áridos y secos.  La risa afloró dentro, la alegría floreció rosas camino entre el césped verde, los blancos sobresalieron entre los rojos soberbios. Aparecieron los moscardones intrépidos rayando los espejos silenciosos con tinta transparentes, las luciérnagas sorprendidas huyen por los tejados de pétalos amarillos, el agua del rocío sonríe mientras se esconde entre las piedras grises. Vuelan raudas las mariposas albicelestes huyendo despavoridas entre las calles desiertas. Suspicaz aparece el grillo corriendo por el entretecho y las madreselvas.


DE LA PALOMA MARINA
Ivonne Concha Alarcón

Converge la paloma buchona; color rosada, granadina, negra, y la de raros bayos, hacia sí misma como ostra bivalva cóncava cerrada rebelde protegiendo a su perla blanca pura nacarada, se asoma y va sacando la tristeza entrampada de entre su plumaje, esculpida, macheteada, sufrida posándose sobre el agua celeste salada, va saltando sobre sí misma como los ávidos azules delfines, ellas se distraen cantando, silbando, volando, caminando sobre la calmada mar y sus turbulencias, movimientos, ritmos danzantes y altos saltos, ondulantes, grandes como las ballenas que surcan los océanos azules exhalando sus suspiros melancólicos, desahogando sus lamentos de soledad callada aun encontrándose en multitudes de otras soledades desamparadas similares… Vientos alisios mueven las nubes de norte a sur… pasan las horas, la mar tranquila juguetea con las estrellas que titilan en el cielo azul profundo…


¡HOLA… JIM! ¿HASTA DÓNDE EN ESTA CARRETERA?...
Rosana Bustamante Gamboa

A la velocidad de los pájaros en picada/ sobre el acantilado que nos rebalsa/ y erotiza nuestras ropas de asfalto/ tejidas en una indígena aldea donde confabulamos/ contra aquellos que no comprenden esta guardia/ y ese baile nuestro, sobre las letras de nácar/ la sed de beber los sismos de este viaje/ dónde tú y yo conducimos una cordillera año ´67/ cuando yo nacía en tu vertiginoso pecho/ de poeta que bebe fuegos y los escupe/ sobre un escenario donde duermes/ la siesta, de dos a cuatro de la tarde/ y me susurras para que te cubra el dorso/ con endecasílabos movimientos de cadera/ y una que otra caricia sobre tu palabra/ ¡que hasta ahora lleva la ventaja…Jim!/ y espera en la australidad donde somos habitantes/ donde tomas mi mano como a una pequeña niña/ que te lee los cabellos y esos códigos/ que dejaste, nítidos, en el aire de las ondas radiales/ para que yo los encuentre y los bese.


NO SEA MALICIOSO, ESPERANDO ESAS FOTOGRAFÍAS…
Rosana-Mercedes Bustamante-Gamboa

que Brigit se tomó una mañana de viernes santo
donde la jugosa pierna tiene el violeta de la mañana
y ese collar de perlas sobre el descubierto pecho
en su exuberancia de diosa que cumplió las penitencias
más fatigantes y que dejaron a muchos con la boca abierta
y de doncella que muestra el hermoso vientre
cubierto de florecillas y un gracioso ombligo
en la simpleza de ser la mujer más linda de esa habitación
donde usted se imagina acariciando la mañana y a Brigit
que también sabe remontar esos lujuriosos océanos
donde ella pertenece, a las conchaperlas y las algas
donde ella es la hembra que nos enseña a bramar de placer
y el olvido de lo decentemente imaginable
¡reflejado todo eso! en unas fotografías que no compartirá
porque ella es la dueña del bendito destino de cada mujer
y ese papel couché que nadie sabe


PECES
María Itza

He dibujado cuatro peces de colores que nadan en un mar de cartulina y cartón corrugado, sus ojos miran alelados el espacioso Océano de papel con olas de hilos encerados pegados a sus bocas descoloridas y cansadas mientras una sirena lunática perfora anémonas de pasta para hacerse increíbles y latentes collares irisados y transparentes como papeles de celofán arrugado. Dos corales enredados dibujan arabescos sobre la arena - cartulina y una calavera de ojos vacíos y enfermos espía con sus cuencas absortas las tímidas mareas que mueren contra su descarnada boca, mis cuatro peces se derriten poco a poco al pie de un barquito de papel de diario mal plegado y oscuro que navega cargando doncellas de cuentos y un solo príncipe sin piernas apoyado en su espada de latón oxidado y una marioneta de tela deshilada se mueve al son de una melodía triste y hueca como sus abiertos labios azules. Hay unas rosas de vidrio pintado en su jarro recortado de peluches antiguos y deformados retazos de prendas que semejan monigotes aluvionales flotando en sus propios detritus y una última ola casi apocalíptica destruye mi mar secreto y se devora mis peces y su fondo desesperado y ya viejo antes casi de ser visto



Tributo a Marta y Fresia
Francisco Townsend

A Marta le sobro la vida y lo que le quedaba la devolvió a quien se la hubiera dado.
Le alcanzó para crecer, amar a su marido y a sus hijos, ver correr a sus nietos.
Arreglar todas sus cosas materiales y escoger su último momento
No creyó necesario pasar por tubos ni enfermeras
En un acto de amor no quiso sufrir delante de sus seres queridos
En acto de egoísmo los privo de tenerla otro tiempo con ellos
Dos segundos del cielo a la tierra de peso vivo a peso muerto
En su último acto de lucidez enfrentó la muerte cara a cara y en un salto la atrapó
Algunos dicen que es cobardía, a mi no me parece, pero si es así ya quisiera yo tenerla.
A Marta le sobro la vida y lo que quedaba lo devolvió, a quien se la hubiera dado.

A Fresia le faltó vida para seguir soñando para seguir volando
Le alcanzó igual para crecer, amar a sus maridos y a sus hijos, ver correr a sus nietos.
Descubrió quizás algo tarde la felicidad del sólo vivir.
Así que no hizo caso de todos los signos de dolores y tristezas
Solo tenía las ganas de seguir su vida pero, eso no importó.
A quien se la hubiera dado que igual se la quitó.
La muerte se la llevó de improviso sin que se diera cuenta
Sin dolores ni remordimientos la dejó haciendo su maleta
para seguir viviendo como si fuera inmortal.
A Fresia le faltó vida para seguir soñando para seguir volando


Otoño
Francisco Townsend

Un día cualquiera te despiertas sin abrir los ojos.
no es particularmente invierno ni verano ni una mañana fuera de lo común.
Te invade el miedo conviviente de algún tiempo que la vida que tenías para tí ya no existe
y tu no te mueves en la cama y sigues con los ojos cerrados.

Las voces femeninas que te llamaban en las tardes de verano
jugando a la pelota casi en lo oscuro, no las escuchas hace mucho tiempo.
Sus recuerdos mas recientes, reforzados ahora, son tus pasos lentos sobre la gravilla
que lleva por pimientos inmortales a lápidas aún sin nombre donde debe estar la tuya
y tu no te mueves en la cama y sigues con los ojos cerrado.

Que de las niñas con trenzas que correteabas alegre
en tardes de verano cuando regalabas sonrisas y robabas besos
no está contigo ni siquiera el recuerdo de sus figuras ni sus rostros.
Que tus hijos que llenaban la casa jugando en el cuarto de al lado
Dejaron silencio y  soledad y ya no meten bulla, ni tampoco los hijos de tus hijos
y tu no te mueves en la cama y sigues con los ojos cerrados

Que te das cuenta que la mitad de tus amores han muerto
y la otra mitad están pero en casas a la que ya casi no te invitan.
Que el aire ya no es el mismo, que no te alegra la luz del día.
Que tu cuerpo ya no soporta ni siquiera el alma que ya está vacía
y tu sigues en tu cama callado, sin hacer ruido escuchando el silencio
con los ojos cerrados porque no te atreves a abrirlos por temor a encontrar que
quizás ella también ya se ha ido y también su lado de la cama está vacío.

Junio 2017.


ESTADO FÓSIL
Andre Cruchaga

Encima de los barnices encaramelados la demasía de los tormentos los siempre disimulos y los andenes tratando de ocultar sus hemorragias los irremediables repellos de las paredes o el negro relieve de los gemidos: me estremece la desesperación de los juguetes y el candor de la quina y las cobijas queriendo desasirse del sudor y los ojos carcomidos de los retretes y la suerte de conocer tantas historias penosas y la indiferencia del pequeño mundo donde asilo mis confusiones siempre me cubre la rama de la angustia en estos días en los que mis pensamientos pasan al estado de fósiles: acuno por supuesto mis antinomias mientras deshabito la hoguera de mi tiempo mis encierros picoteados por la hoja de hollín de la historia (hoy ya no tocas a mi puerta ni me traes la luz del despeñadero ni la explosión del cráter para desollar o desclavar el calendario de la humanidad imperiosa del cadáver) a media asta la hostilidad del combate y ese río irrevocable de la indiferencia: me avergüenza el harapo agrio de mis palpitaciones la ardua pobreza de hijo pródigo es terrible el ala plomiza del plato vacío cuando veo la tierra deslizarse a través de la puerta del grito velar los goznes de la resistencia y no encontrar sino lo inagotable del vacío la liturgia de la salmuera y su incurable decrepitud: en los quicios de la demencia cuelgan relojes de desangrados perros y calles descarnadas en sus afueras en el reverso de mis incoherencias las palabras desmoronadas del cascajo y el ala de la esperma sobre el cartón salpicado de magulladuras —no puedo deshabitarme más y desandar mi espejo húmedo de tiempo en cada grieta hay un sol de ausencias opulentos adioses oscuros partos que me devuelven al tropezón de mis pensamientos nunca fueron fáciles entonces estas cuarenta sombras de la vendimia ni leer las sordas huellas de tus manos al pie de una trinchera de miedos: en la caída el polvo atroz del grito los siempre damnificados y los que mueren…

Barataria, 2017


"La Ciudad"
Gonzalo Millán

El río invierte el curso de su corriente
El agua de las cascadas sube
La gente empieza a caminar retrocediendo
Los caballos caminan hacia atrás
Los militares deshacen lo desfilado
Las balas salen de las carnes
Las balas entran en los cañones
Los oficiales enfundan sus pistolas
La corriente penetra por los enchufes
Los torturados dejan de agitarse
Los torturados cierran sus bocas
Los campos de concentración se vacían
Aparecen los desaparecidos
Los muertos salen de sus tumbas
Los aviones vuelan hacia atrás
Los Rockets suben hacia los aviones
Allende dispara
Las llamas se apagan
Se saca el casco
La Moneda se reconstituye íntegra
Su cráneo se recompone
Sale a un balcón
Allende retrocede hasta Tomás Moro
Los detenidos salen de espaldas de los estadios
11 de septiembre
Las fuerzas armadas respetan la Constitución
Los militares vuelven a sus cuarteles
Renace Neruda
Víctor Jara toca la guitarra, canta
Los obreros desfilan cantando “venceremos”


LA GRAN TRIBULACION (Segunda versión)
F.S.R.Banda

Vindicación de Yocasta

[Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer vestía ropas de púrpura y escarlata, y resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de abominaciones, que eran las impurezas de la inmundicia de su fornicación y la lujuria de la tierra entera. Apocalipsis 17:3-4]

...pero no me importó porque el púrpura y el escarlata de sus vestidos encendían aun más los fulgores carnales de sus pecados y yo pecador perdido sin perdón para siempre lo único que deseaba era hundirme y beber, beber y ahogarme en el cáliz de oro lleno de su sangre y su saliva y sus fluidos hirvientes y sus aguas de perdición, y vi el nacarado tierno de su cuerpo vestido solo con oro y piedras preciosas y perlas, y ella ebria de la vida que se toca y que duele, me llamaba, me atraía hacia un túnel sagrado, y no me importó, porque la anilina de sus ojos me envolvía en el tul de su piel perfumada, ardiente y cercana, y fui más ciego al mal que enemigo del bien, y fui sordo a la voz del cielo de mentira, y a los votos de abstinencia de monje adusto y consagrado, así sumergido al fin en ese liquido primordial de sangre, leche, saliva, sudores y lagrimas y orines y licores sexuales, esas aguas vivas que me llevaron la vida buscándolas para aplacar mi sed de ser parte del Todo que me prometieron en el Paraíso,  y sentí que mi cuerpo inmerso en la tierna turbiedad de ese vino voluptuoso se iba involucionando sobre si, curvando sin dolor ni conciencia, mis piernas se encogían con las rodillas al pecho y las manos en oración hacia el rostro, bajando la cerviz y cerrando los ojos, y supe que en ese cenote tibio y urgente, lleno de los aceites y brebajes de la Gran Ramera que no eran el vinagre fétido de todos mis pecados, no, yo no estaba muriendo sino volviendo al origen materno, entendí que esa cálida densidad animal era en verdad sus íntimos caldos uterinos, que estaba de regreso al único lugar donde el Universo tenia sentido, y asombrado intuí que era el fin de la búsqueda, del camino, y del Tiempo. Y fue esa mi revelación. Creo recordar que con el pavor desesperado de los que alcanzan a ver la Luz, quise borrar con el codo los oscuros escritos que me habían llevado a ese divino dzonot, pero comprendí que ya era tarde para todo. Y ahora estoy cerrando otra vez los ojos y dejándome morir para apurar el goce de los últimos estímulos vitales de estas las aguas sagradas de Babilonia la Grande…

[Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto. Apocalipsis 18:6-7]

Nota.- Primera versión en PARADOXAS N°43, diciembre 2004.



La forma de poema es una desgracia pasajera.
Osvaldo Lamborghini, “Die Verneinug”, 1977.

Revista PARADOXAS N° 234
1° de Julio de 2017



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