jueves, 23 de noviembre de 2017

PARADOXAS N° 237

PARADOXAS

REVISTA VIRTUAL DEL SURREALISMO NEOBARROCO

Año XI - N° 237


INDICE

ANIMALIA I  Ivonne Concha Alarcón
ANIMALIA II - Ivonne Concha Alarcón
EL CAPITÁN DE LA GUARDIA, DE UN SANTIAGO EN 1818 - Rosana-Mercedes Bustamante-Gamboa
¿HAN ESCUCHADO A LOS MUERTOS CERCA? - Rosana-Mercedes Bustamante-Gamboa
VOLVER SEMBRAR GRADIOLOS. - Guillermina Covarrubias.
ENTRE PAN Y GRAVILLAS - Guillermina Covarrubias.
Tengo el compás de tu sonrisa... - Marisol.C
Sintiendo... - Marisol.C


EDITORIAL

“El Boom, la puerta abierta y la luz encendida” (Primera parte)
Raúl Rivero

No hay fecha fija y nadie puede señalar el título de un libro que señale el inició del Boom de la literatura latinoamericana. Tampoco están en los calendarios el día, el mes y el año que marquen el final de aquel movimiento editorial que puso en primer plano la obra de algunos de los autores más relevantes que vivían y escribían entre el Río Bravo y La Patagonia. Lo que es imborrable y poderosa es la huella de aquella prosa que le puso una carga de dinamita a los esquemas de la escritura, se burló del rigor lineal del tiempo, rescató las palabras prohibidas, creó vocabularios y caminos y le puso magia a la historias que contaba de la vida. La catarata de libros comenzó a fluir, fundamentalmente desde Barcelona, en la década de los 60 con nombres como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz y Julio Cortázar, la punta de lanza de una tropa que castigaba sus máquinas de escribir en la lejanía y de otros veteranos que las habían azotado antes y aspiraban a mayor repercusión de su trabajo en Europa y en cualquier parte del planeta que se interesara por la literatura. A pesar de que los nuevos autores que invadían las librerías tanto en español como en otros idiomas no creían demasiado en las paternidades, detrás de sus irreverencias y rupturas estaban las páginas firmadas en otro tiempo, sin la asistencia de los agentes de prensa de las editoriales, pero con nombres que tenían un peso que se hacía sentir. Así estaban, entre otros, Miguel Ángel Asturias, Ernesto Sabato, Juan Rulfo, Alejo Carpentier, Juan Carlos Onetti y Agustín Yáñez. El Boom le enseñó al mundo una América Latina rica, intensa, diversa, por encima del dibujo que la dejaba congelada bajo dictadores, golpistas, gorilas, pobreza, subdesarrollo y picaros disfrazados de rebeldes y libertadores. También, según testimonios de algunos de sus principales protagonistas, contribuyó a un reconocimiento, una fraternidad, entre los autores de la región que narraban vidas y episodios de un origen común en una lengua única en la que sólo sonaba diferentes los acentos y el lenguaje de las esquinas y las calles.
(Continuará)

Pirateado de: elmundo.es/cultura/literatura/2017/10/10/. Vale.

El Editor


ANIMALIA I
Ivonne Concha Alarcón

Corredores anchos de largas trenzas atadas a estrecheces blandas acinturadas en tardes de pliegues encuadernados de lozas blancas cristalizadas y acero forjado. Aquellos párpados mudos inexpertos, aleteos de mariposa trasnochada en bares de troncos de fuegos incendiados saciándole el hambre a los zapatos andariegos y la sed de sobremesa. Desenmarañada la ciudad nocturna de luces rojas, sube al carro de las escalas de fierro cubiertos de hollín que bota la chimenea de San Bartolo. Humedece mi noche desbocada, alhájala de besos y multiplica tus brazos sobre los míos, escarméname el deseo del noctámbulo papel de teatro extraviado. Sáciame el hambre de mis labios desencadenando lluvias cósmicas de tormenta roncas de placeres debajo de la mesa de los monos de cara redonda y cola larga...


ANIMALIA II
Ivonne Concha Alarcón

El miedo se hace trizas en el espejo hexagonal frío como la noche callada tiritando de temores aterrados y ateridos extraviándose en la lujuria de aquellos besos dados en la azotea donde viven los gatos verdes y amarillos confundiendo a los guardianes de la aurora mañanera así no se extraviarán dentro del plato de sopa caliente.  Las telarañas tejidas con desganos y miserias entre el techo y la puerta que chirría apenas siente a la jauría ladrar en el patio cruzado de la casona de las moradas palomas, las cerraduras oxidadas gimen de rabia y celosas por no ver la luz del día, todos se sobresaltan al sentir que el ogro malhumorado cerró el candado oxidado que si contara la historia vivida estaría hablando miles de horas largas y aburridas. Los vientos golpean incesante la casa de adobe antiguo, las hojas del nogal anciano caen como golpe lluvioso sobre las tejas rotas de la casa empantanada. Los misteriosos reflejos se asoman por las rendijas enojando a las chinchillas que se pasean entre las ollas y sartenes de la cocina de leña que ahuma todos los rincones sofocando a los ratones que huyen despavoridos llevándose las madejas de lana crespa de la dueña de la casa.


EL CAPITÁN DE LA GUARDIA, DE UN SANTIAGO EN 1818
Rosana-Mercedes Bustamante-Gamboa

Todavía me escribe…y a veces, me cuenta sobre sus andadas…por la dulce patria, donde su madre siembra tomates…y Claudia camina a su lado, pintando piedras…le pregunto por aquel Alzhéimer de hace tiempo…y los fuegos que comparte en su casa…pero él sólo quiere recordar las tardes cuando tomábamos té…y a veces me leía el escapulario aquel… sus viajes a la España de Federico García Lorca…dónde los barcos atracaban en un inexistente puerto…y la bandada que conocimos, desnuda…bailaba para nosotros, la inocente cueca de los clandestinos deseos. A veces, también hay silencios en su escritura…silencios que guardo en esta cordillera donde se duerme…y se sabe, que el Capitán de la Guardia de Santiago…estará lejos de la ciudad por un espacioso tiempo…hasta que un día, ya no sepamos nada más de él.


¿HAN ESCUCHADO A LOS MUERTOS CERCA?
Rosana-Mercedes Bustamante-Gamboa

...en la rima de aquel verso o discurso, tatuado en las sienes... tomando tu mano e invitando a bailar... esa danza de los diligentes muertos... que se deleitan con vino tinto de pierna cruzada... en una pista de baile, mientras Antígona… nos enseña esos reveses que los muertos... nos piden repetir de memoria... ¡y vamos con ellos sin saber a dónde!...sólo confiadas en su palabra, que son un mapa entre las pestañas.... rizadas para que no se vayan... se queden un rato más... con su abrigo de almassinpenanigloria... y duerman en esta cordillera donde nos negamos… a claudicar de nuestra rebeldía, el descontento... la desconstitucionalización de la vida que va por los jardines... de aromos en flor y margaritas... bailando Diabladas tiempo completo... leyendo a las insurrectas maestras del anarquismo... que a esta altura nos han besado en la boca.


VOLVER SEMBRAR GRADIOLOS.
Guillermina Covarrubias.

Rebotas, atraviesas el alba, en los tonos del rocío que la piel amordaza, existes y no derribas las murallas de los desvelos… aún te quiero, con las grietas, con las dudas, de cruzar cielos, con presagios de perder mi sana locura, miro todas las partes que te conocí, con el acento que nunca miraste, ahí donde la ilusión se quedó en los versos, y voló sin alas, al ritmo de mi sangre, me ha seguido su vuelo por tantas noches inevitables, reviviendo un vals o una despedida. A milímetros del suelo está la terquedad de perderme en el refugio, donde tiemblan las noches y sombras, en la espina, en la rosa, buscando ayeres me pierdo y me hallo, en abruptos sueños, no me arrepiento de mi cuerpo débil, desmayado ¡Oh vacío nocturno! que pasas sobre mí, me dejas en el hueco la última estrella al alcance de mis ojos.
Con el grito más profundo de un beso… de ese beso que puede cerrar todos los abismos.
Para dormir sobre tu pecho y desmenuzar las tinieblas, las penumbras, de ese te amo que aun susurra en mudas certezas, tocando la puerta, borrando heridas, entonces yo, casi ilesa, seré otra vez las pulsaciones de tu bahía.

07/07/2017
Una fecha de sietes, mi número favorito, en esta noche de luna de creciente, especial para hacer los pedidos, dicen...


ENTRE PAN Y GRAVILLAS
Guillermina Covarrubias.

Un estilete de cien siglos en laberintos de años viejos mil lanzaderas tejen los hilos en los muros fríos del silencio y los ojos arden en la lucidez tras la ventana que es mi espejo y en la baranda de mi balcón que apoya los reanudados ciclos de mi cansado  refuerzo.
Con un origen añorado o un destino prefigurado sigo batiendo las alas entre pan y gravillas por si llegasen a quebrarse en el aire, no rueden en el suelo, sino muy lejos del vaho seco de las paredes resquebradas en desovillados paradigmas con sus equipajes de plumas y tan enmarañadas como las silabas de Jericó.
Ya huir quiero de mi guarida llegar hasta el fondo de la última copa para que se refleje la higuera y la luna atravesando la cuajada neblina en la suave nostalgia inolvidable recubierta con esas voces extrañas inmiscuidas en el nosotros, que se configura como un gravamen.
Quizás en el trasfondo histórico del cual se desprenden mis contextos aún sigo buscando y ni sé qué busco ¡tal vez esa golondrina que no hace verano!


Tengo el compás de tu sonrisa...
Marisol.C

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Tengo el compás de tu sonrisa detenida en el alma tus palabras en murmullos que no cesan, tu silencio dilatándose en este océano en que me habitas.
Tengo la canción favorita acelerando mis latidos y  palabras que se desnudan en sinfonías que me hablan. Respiro la fragancia de tu cuerpo, mientras duermo e imagino tus sueños en el país de los misterios.
Tengo los espacios emergiendo, los aromas en el aire, las palabras que se musitan en silencio y las canciones que te atrapan. Tengo desarreglados los esquemas en esta playa de sinfonías en que me pierdo, ligera como el viento.
Tengo, el corazón en tinta roja latiendo y respiro hondo, suave, mientras abres mis silencios,  entonces las voces emigran por mi boca y te llenan los oídos. Me dibujas en tus pupilas y viajo al centro de tu alma, el latido se acelera, se hace fuerte y la lluvia de suspiros se agiganta.
¡Dos en éxtasis!  Y la música allí, buscando su propio teorema, matemática sumando los deseos ...


Sintiendo...
Marisol.C

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Hay rápidos instantes que fluyen, exhalan las bocas suspiros, incendios en la piel, el amor se desliza en los rincones del alma, se expele por los poros. Instantes de pausa creando adicción en los sentidos, se escurren como brisa, a lo lejos se pierden melodías y otras se inician al compás de los cuerpos.
Tu boca en la mía, mariposas en el aire, me robas los sentidos, de manera natural nos reconocemos.  Cierro los ojos y me habitas, mi boca te besa, saboreo intenciones, deseos se aúnan en los cuerpos ¡Tu mirada encendida! ¡Despojas mis miedos!
Sobre esta intensidad enlazadas las manos, me arrebatas los suspiros. El tiempo desparece, te entrego mis anhelos en esta dulce tentación la liviandad nos consume ¡Te arrebato el aliento!
Al caer la tarde se dibuja una sonrisa robándonos el alma somos uno. ¡Todo fuego, miel y
cielo!...



La forma de poema es una desgracia pasajera.
Osvaldo Lamborghini, “Die Verneinug”, 1977.

Revista PARADOXAS N° 237
23 de Noviembre de 2017



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