PARADOXAS
REVISTA
VIRTUAL DEL SURREALISMO NEOBARROCO
Año
XI - N° 237
INDICE
ANIMALIA I
Ivonne Concha Alarcón
ANIMALIA II - Ivonne Concha Alarcón
EL CAPITÁN DE LA GUARDIA, DE UN SANTIAGO EN
1818 - Rosana-Mercedes Bustamante-Gamboa
¿HAN ESCUCHADO A LOS MUERTOS CERCA? - Rosana-Mercedes
Bustamante-Gamboa
VOLVER SEMBRAR GRADIOLOS. - Guillermina
Covarrubias.
ENTRE PAN Y GRAVILLAS - Guillermina
Covarrubias.
Tengo el compás de tu sonrisa... - Marisol.C
Sintiendo... - Marisol.C
EDITORIAL
“El Boom, la
puerta abierta y la luz encendida” (Primera parte)
Raúl Rivero
No hay fecha
fija y nadie puede señalar el título de un libro que señale el inició del Boom
de la literatura latinoamericana. Tampoco están en los calendarios el día, el
mes y el año que marquen el final de aquel movimiento editorial que puso en
primer plano la obra de algunos de los autores más relevantes que vivían y
escribían entre el Río Bravo y La Patagonia. Lo que es imborrable y poderosa es
la huella de aquella prosa que le puso una carga de dinamita a los esquemas de
la escritura, se burló del rigor lineal del tiempo, rescató las palabras
prohibidas, creó vocabularios y caminos y le puso magia a la historias que
contaba de la vida. La catarata de libros comenzó a fluir, fundamentalmente
desde Barcelona, en la década de los 60 con nombres como Gabriel García
Márquez, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz y Julio Cortázar, la punta de lanza de
una tropa que castigaba sus máquinas de escribir en la lejanía y de otros
veteranos que las habían azotado antes y aspiraban a mayor repercusión de su
trabajo en Europa y en cualquier parte del planeta que se interesara por la
literatura. A pesar de que los nuevos autores que invadían las librerías tanto
en español como en otros idiomas no creían demasiado en las paternidades,
detrás de sus irreverencias y rupturas estaban las páginas firmadas en otro
tiempo, sin la asistencia de los agentes de prensa de las editoriales, pero con
nombres que tenían un peso que se hacía sentir. Así estaban, entre otros,
Miguel Ángel Asturias, Ernesto Sabato, Juan Rulfo, Alejo Carpentier, Juan
Carlos Onetti y Agustín Yáñez. El Boom le enseñó al mundo una América Latina
rica, intensa, diversa, por encima del dibujo que la dejaba congelada bajo
dictadores, golpistas, gorilas, pobreza, subdesarrollo y picaros disfrazados de
rebeldes y libertadores. También, según testimonios de algunos de sus
principales protagonistas, contribuyó a un reconocimiento, una fraternidad,
entre los autores de la región que narraban vidas y episodios de un origen
común en una lengua única en la que sólo sonaba diferentes los acentos y el
lenguaje de las esquinas y las calles.
(Continuará)
Pirateado de: elmundo.es/cultura/literatura/2017/10/10/.
Vale.
El Editor
ANIMALIA I
Ivonne
Concha Alarcón
Corredores anchos
de largas trenzas atadas a estrecheces blandas acinturadas en tardes de
pliegues encuadernados de lozas blancas cristalizadas y acero forjado. Aquellos
párpados mudos inexpertos, aleteos de mariposa trasnochada en bares de troncos
de fuegos incendiados saciándole el hambre a los zapatos andariegos y la sed de
sobremesa. Desenmarañada la ciudad nocturna de luces rojas, sube al carro de
las escalas de fierro cubiertos de hollín que bota la chimenea de San Bartolo.
Humedece mi noche desbocada, alhájala de besos y multiplica tus brazos sobre
los míos, escarméname el deseo del noctámbulo papel de teatro extraviado.
Sáciame el hambre de mis labios desencadenando lluvias cósmicas de tormenta
roncas de placeres debajo de la mesa de los monos de cara redonda y cola
larga...
ANIMALIA II
Ivonne
Concha Alarcón
El miedo se hace
trizas en el espejo hexagonal frío como la noche callada tiritando de temores
aterrados y ateridos extraviándose en la lujuria de aquellos besos dados en la
azotea donde viven los gatos verdes y amarillos confundiendo a los guardianes
de la aurora mañanera así no se extraviarán dentro del plato de sopa
caliente. Las telarañas tejidas con
desganos y miserias entre el techo y la puerta que chirría apenas siente a la
jauría ladrar en el patio cruzado de la casona de las moradas palomas, las
cerraduras oxidadas gimen de rabia y celosas por no ver la luz del día, todos
se sobresaltan al sentir que el ogro malhumorado cerró el candado oxidado que
si contara la historia vivida estaría hablando miles de horas largas y
aburridas. Los vientos golpean incesante la casa de adobe antiguo, las hojas
del nogal anciano caen como golpe lluvioso sobre las tejas rotas de la casa
empantanada. Los misteriosos reflejos se asoman por las rendijas enojando a las
chinchillas que se pasean entre las ollas y sartenes de la cocina de leña que
ahuma todos los rincones sofocando a los ratones que huyen despavoridos
llevándose las madejas de lana crespa de la dueña de la casa.
EL CAPITÁN DE LA GUARDIA, DE UN SANTIAGO EN 1818
Rosana-Mercedes
Bustamante-Gamboa
Todavía me
escribe…y a veces, me cuenta sobre sus andadas…por la dulce patria, donde su
madre siembra tomates…y Claudia camina a su lado, pintando piedras…le pregunto
por aquel Alzhéimer de hace tiempo…y los fuegos que comparte en su casa…pero él
sólo quiere recordar las tardes cuando tomábamos té…y a veces me leía el
escapulario aquel… sus viajes a la España de Federico García Lorca…dónde los
barcos atracaban en un inexistente puerto…y la bandada que conocimos, desnuda…bailaba
para nosotros, la inocente cueca de los clandestinos deseos. A veces, también
hay silencios en su escritura…silencios que guardo en esta cordillera donde se
duerme…y se sabe, que el Capitán de la Guardia de Santiago…estará lejos de la
ciudad por un espacioso tiempo…hasta que un día, ya no sepamos nada más de él.
¿HAN ESCUCHADO A LOS MUERTOS CERCA?
Rosana-Mercedes
Bustamante-Gamboa
...en la rima de
aquel verso o discurso, tatuado en las sienes... tomando tu mano e invitando a
bailar... esa danza de los diligentes muertos... que se deleitan con vino tinto
de pierna cruzada... en una pista de baile, mientras Antígona… nos enseña esos
reveses que los muertos... nos piden repetir de memoria... ¡y vamos con ellos
sin saber a dónde!...sólo confiadas en su palabra, que son un mapa entre las
pestañas.... rizadas para que no se vayan... se queden un rato más... con su
abrigo de almassinpenanigloria... y duerman en esta cordillera donde nos
negamos… a claudicar de nuestra rebeldía, el descontento... la desconstitucionalización
de la vida que va por los jardines... de aromos en flor y margaritas...
bailando Diabladas tiempo completo... leyendo a las insurrectas maestras del
anarquismo... que a esta altura nos han besado en la boca.
VOLVER SEMBRAR GRADIOLOS.
Guillermina
Covarrubias.
Rebotas,
atraviesas el alba, en los tonos del rocío que la piel amordaza, existes y no
derribas las murallas de los desvelos… aún te quiero, con las grietas, con las
dudas, de cruzar cielos, con presagios de perder mi sana locura, miro todas las
partes que te conocí, con el acento que nunca miraste, ahí donde la ilusión se
quedó en los versos, y voló sin alas, al ritmo de mi sangre, me ha seguido su
vuelo por tantas noches inevitables, reviviendo un vals o una despedida. A
milímetros del suelo está la terquedad de perderme en el refugio, donde
tiemblan las noches y sombras, en la espina, en la rosa, buscando ayeres me
pierdo y me hallo, en abruptos sueños, no me arrepiento de mi cuerpo débil,
desmayado ¡Oh vacío nocturno! que pasas sobre mí, me dejas en el hueco la
última estrella al alcance de mis ojos.
Con el grito más
profundo de un beso… de ese beso que puede cerrar todos los abismos.
Para dormir
sobre tu pecho y desmenuzar las tinieblas, las penumbras, de ese te amo que aun
susurra en mudas certezas, tocando la puerta, borrando heridas, entonces yo,
casi ilesa, seré otra vez las pulsaciones de tu bahía.
07/07/2017
Una fecha de sietes, mi número favorito, en esta noche
de luna de creciente, especial para hacer los pedidos, dicen...
ENTRE PAN Y GRAVILLAS
Guillermina
Covarrubias.
Un estilete de
cien siglos en laberintos de años viejos mil lanzaderas tejen los hilos en los
muros fríos del silencio y los ojos arden en la lucidez tras la ventana que es
mi espejo y en la baranda de mi balcón que apoya los reanudados ciclos de mi
cansado refuerzo.
Con un origen
añorado o un destino prefigurado sigo batiendo las alas entre pan y gravillas
por si llegasen a quebrarse en el aire, no rueden en el suelo, sino muy lejos
del vaho seco de las paredes resquebradas en desovillados paradigmas con sus
equipajes de plumas y tan enmarañadas como las silabas de Jericó.
Ya huir quiero
de mi guarida llegar hasta el fondo de la última copa para que se refleje la
higuera y la luna atravesando la cuajada neblina en la suave nostalgia
inolvidable recubierta con esas voces extrañas inmiscuidas en el nosotros, que
se configura como un gravamen.
Quizás en el
trasfondo histórico del cual se desprenden mis contextos aún sigo buscando y ni
sé qué busco ¡tal vez esa golondrina que no hace verano!
Tengo el compás de tu
sonrisa...
Marisol.C
Resultado de imagen
para imagen musica y teorema
Tengo el compás de tu sonrisa detenida en el
alma tus palabras en murmullos que no cesan, tu silencio dilatándose en este océano
en que me habitas.
Tengo la canción favorita acelerando mis
latidos y palabras que se desnudan en
sinfonías que me hablan. Respiro la fragancia de tu cuerpo, mientras duermo e
imagino tus sueños en el país de los misterios.
Tengo los espacios emergiendo, los aromas en el
aire, las palabras que se musitan en silencio y las canciones que te atrapan.
Tengo desarreglados los esquemas en esta playa de sinfonías en que me pierdo,
ligera como el viento.
Tengo, el corazón en tinta roja latiendo y
respiro hondo, suave, mientras abres mis silencios, entonces las voces emigran por mi boca y te llenan
los oídos. Me dibujas en tus pupilas y viajo al centro de tu alma, el latido se
acelera, se hace fuerte y la lluvia de suspiros se agiganta.
¡Dos en éxtasis! Y la música allí, buscando su propio teorema,
matemática sumando los deseos ...
Sintiendo...
Marisol.C
Resultado de imagen
para imagenes sintiendo
Hay rápidos instantes que fluyen, exhalan las
bocas suspiros, incendios en la piel, el amor se desliza en los rincones del
alma, se expele por los poros. Instantes de pausa creando adicción en los
sentidos, se escurren como brisa, a lo lejos se pierden melodías y otras se
inician al compás de los cuerpos.
Tu boca en la mía, mariposas en el aire, me
robas los sentidos, de manera natural nos reconocemos. Cierro los ojos y me habitas, mi boca te
besa, saboreo intenciones, deseos se aúnan en los cuerpos ¡Tu mirada encendida!
¡Despojas mis miedos!
Sobre esta intensidad enlazadas las manos, me
arrebatas los suspiros. El tiempo desparece, te entrego mis anhelos en esta
dulce tentación la liviandad nos consume ¡Te arrebato el aliento!
Al caer la tarde se dibuja una sonrisa
robándonos el alma somos uno. ¡Todo fuego, miel y
cielo!...
La
forma de poema es una desgracia pasajera.
Osvaldo
Lamborghini, “Die Verneinug”, 1977.
Revista PARADOXAS N° 237
23 de
Noviembre de 2017
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