PARADOXAS
REVISTA
VIRTUAL DEL SURREALISMO NEOBARROCO
Año
XI - N° 234
INDICE
INEXPLICABLE - Ivonne Concha Alarcón
DE LA PALOMA MARINA - Ivonne Concha Alarcón
¡HOLA…JIM! ¿HASTA DÓNDE EN ESTA CARRETERA?...
- Rosana Bustamante Gamboa
NO SEA MALICIOSO, ESPERANDO ESAS FOTOGRAFÍAS…
- Rosana-Mercedes Bustamante-Gamboa
PECES - María Itza
Tributo a Marta y Fresia- Francisco Townsend
Otoño - Francisco Townsend
ESTADO FÓSIL - Andre Cruchaga
"La Ciudad" - Gonzalo Millán
LA GRAN TRIBULACION (Segunda versión) - F.S.R.Banda
EDITORIAL
“Sabía que el valor de la crítica radica en visibilizar autores a
través de interpretaciones, no en destruirlos. Por lo mismo, nunca era
predecible en sus juicios, ya que no buscaba el bien o el mal, o lo bello y lo
feo. Esas categorías la aburrían. Sontag investigaba en las obras hasta tocar
el fondo de éstas, su zona animal.
…
La pasiones intelectuales y físicas eran para Sontag un desagravió
ante la muerte. Profundizó en lo radical para revelar “la diferencia” y lo
innombrable. Constató de manera ejemplar que la libertad individual extrema no
está reñida con el compromiso político. Y que nada es más revolucionario que el
deseo.”
Pirateado de ‘Susan Sontag y el deseo revolucionario’, Matías Rivas,
en La Tercera, Sábado 24 de junio de 2017. Vale.
El Editor
INEXPLICABLE
Ivonne
Concha Alarcón
Inexplicable,
rodó y rodó la ilusión, apagó su voz apacible entre murmullos áridos y
secos. La risa afloró dentro, la alegría
floreció rosas camino entre el césped verde, los blancos sobresalieron entre
los rojos soberbios. Aparecieron los moscardones intrépidos rayando los espejos
silenciosos con tinta transparentes, las luciérnagas sorprendidas huyen por los
tejados de pétalos amarillos, el agua del rocío sonríe mientras se esconde
entre las piedras grises. Vuelan raudas las mariposas albicelestes huyendo
despavoridas entre las calles desiertas. Suspicaz aparece el grillo corriendo
por el entretecho y las madreselvas.
DE LA PALOMA MARINA
Ivonne
Concha Alarcón
Converge la
paloma buchona; color rosada, granadina, negra, y la de raros bayos, hacia sí
misma como ostra bivalva cóncava cerrada rebelde protegiendo a su perla blanca
pura nacarada, se asoma y va sacando la tristeza entrampada de entre su
plumaje, esculpida, macheteada, sufrida posándose sobre el agua celeste salada,
va saltando sobre sí misma como los ávidos azules delfines, ellas se distraen
cantando, silbando, volando, caminando sobre la calmada mar y sus turbulencias,
movimientos, ritmos danzantes y altos saltos, ondulantes, grandes como las
ballenas que surcan los océanos azules exhalando sus suspiros melancólicos,
desahogando sus lamentos de soledad callada aun encontrándose en multitudes de
otras soledades desamparadas similares… Vientos alisios mueven las nubes de
norte a sur… pasan las horas, la mar tranquila juguetea con las estrellas que
titilan en el cielo azul profundo…
¡HOLA… JIM! ¿HASTA DÓNDE EN ESTA CARRETERA?...
Rosana
Bustamante Gamboa
A la velocidad
de los pájaros en picada/ sobre el acantilado que nos rebalsa/ y erotiza
nuestras ropas de asfalto/ tejidas en una indígena aldea donde confabulamos/
contra aquellos que no comprenden esta guardia/ y ese baile nuestro, sobre las
letras de nácar/ la sed de beber los sismos de este viaje/ dónde tú y yo
conducimos una cordillera año ´67/ cuando yo nacía en tu vertiginoso pecho/ de
poeta que bebe fuegos y los escupe/ sobre un escenario donde duermes/ la
siesta, de dos a cuatro de la tarde/ y me susurras para que te cubra el dorso/
con endecasílabos movimientos de cadera/ y una que otra caricia sobre tu
palabra/ ¡que hasta ahora lleva la ventaja…Jim!/ y espera en la australidad
donde somos habitantes/ donde tomas mi mano como a una pequeña niña/ que te lee
los cabellos y esos códigos/ que dejaste, nítidos, en el aire de las ondas
radiales/ para que yo los encuentre y los bese.
NO SEA MALICIOSO, ESPERANDO ESAS FOTOGRAFÍAS…
Rosana-Mercedes
Bustamante-Gamboa
que Brigit se
tomó una mañana de viernes santo
donde la jugosa
pierna tiene el violeta de la mañana
y ese collar de
perlas sobre el descubierto pecho
en su
exuberancia de diosa que cumplió las penitencias
más fatigantes y
que dejaron a muchos con la boca abierta
y de doncella
que muestra el hermoso vientre
cubierto de
florecillas y un gracioso ombligo
en la simpleza
de ser la mujer más linda de esa habitación
donde usted se
imagina acariciando la mañana y a Brigit
que también sabe
remontar esos lujuriosos océanos
donde ella
pertenece, a las conchaperlas y las algas
donde ella es la
hembra que nos enseña a bramar de placer
y el olvido de
lo decentemente imaginable
¡reflejado todo
eso! en unas fotografías que no compartirá
porque ella es
la dueña del bendito destino de cada mujer
y ese papel
couché que nadie sabe
PECES
María Itza
He dibujado cuatro peces de colores que nadan en un mar de cartulina
y cartón corrugado, sus ojos miran alelados el espacioso Océano de papel con
olas de hilos encerados pegados a sus bocas descoloridas y cansadas mientras
una sirena lunática perfora anémonas de pasta para hacerse increíbles y latentes
collares irisados y transparentes como papeles de celofán arrugado. Dos corales
enredados dibujan arabescos sobre la arena - cartulina y una calavera de ojos
vacíos y enfermos espía con sus cuencas absortas las tímidas mareas que mueren
contra su descarnada boca, mis cuatro peces se derriten poco a poco al pie de
un barquito de papel de diario mal plegado y oscuro que navega cargando
doncellas de cuentos y un solo príncipe sin piernas apoyado en su espada de
latón oxidado y una marioneta de tela deshilada se mueve al son de una melodía
triste y hueca como sus abiertos labios azules. Hay unas rosas de vidrio
pintado en su jarro recortado de peluches antiguos y deformados retazos de
prendas que semejan monigotes aluvionales flotando en sus propios detritus y una
última ola casi apocalíptica destruye mi mar secreto y se devora mis peces y su
fondo desesperado y ya viejo antes casi de ser visto
Tributo a Marta y
Fresia
Francisco Townsend
A Marta le sobro la vida y lo que le quedaba la
devolvió a quien se la hubiera dado.
Le alcanzó para crecer, amar a su marido y a
sus hijos, ver correr a sus nietos.
Arreglar todas sus cosas materiales y escoger
su último momento
No creyó necesario pasar por tubos ni
enfermeras
En un acto de amor no quiso sufrir delante de
sus seres queridos
En acto de egoísmo los privo de tenerla otro
tiempo con ellos
Dos segundos del cielo a la tierra de peso vivo
a peso muerto
En su último acto de lucidez enfrentó la muerte
cara a cara y en un salto la atrapó
Algunos dicen que es cobardía, a mi no me
parece, pero si es así ya quisiera yo tenerla.
A Marta le sobro la vida y lo que quedaba lo
devolvió, a quien se la hubiera dado.
A Fresia le faltó vida para seguir soñando para
seguir volando
Le alcanzó igual para crecer, amar a sus
maridos y a sus hijos, ver correr a sus nietos.
Descubrió quizás algo tarde la felicidad del
sólo vivir.
Así que no hizo caso de todos los signos de
dolores y tristezas
Solo tenía las ganas de seguir su vida pero,
eso no importó.
A quien se la hubiera dado que igual se la
quitó.
La muerte se la llevó de improviso sin que se
diera cuenta
Sin dolores ni remordimientos la dejó haciendo
su maleta
para seguir viviendo como si fuera inmortal.
A Fresia le faltó vida para seguir soñando para
seguir volando
Otoño
Francisco Townsend
Un día cualquiera te despiertas sin abrir los
ojos.
no es particularmente invierno ni verano ni una
mañana fuera de lo común.
Te invade el miedo conviviente de algún tiempo
que la vida que tenías para tí ya no existe
y tu no te mueves en la cama y sigues con los
ojos cerrados.
Las voces femeninas que te llamaban en las
tardes de verano
jugando a la pelota casi en lo oscuro, no las
escuchas hace mucho tiempo.
Sus recuerdos mas recientes, reforzados ahora,
son tus pasos lentos sobre la gravilla
que lleva por pimientos inmortales a lápidas
aún sin nombre donde debe estar la tuya
y tu no te mueves en la cama y sigues con los
ojos cerrado.
Que de las niñas con trenzas que correteabas
alegre
en tardes de verano cuando regalabas sonrisas y
robabas besos
no está contigo ni siquiera el recuerdo de sus
figuras ni sus rostros.
Que tus hijos que llenaban la casa jugando en
el cuarto de al lado
Dejaron silencio y soledad y ya no meten bulla, ni tampoco los
hijos de tus hijos
y tu no te mueves en la cama y sigues con los
ojos cerrados
Que te das cuenta que la mitad de tus amores
han muerto
y la otra mitad están pero en casas a la que ya
casi no te invitan.
Que el aire ya no es el mismo, que no te alegra
la luz del día.
Que tu cuerpo ya no soporta ni siquiera el alma
que ya está vacía
y tu sigues en tu cama callado, sin hacer ruido
escuchando el silencio
con los ojos cerrados porque no te atreves a
abrirlos por temor a encontrar que
quizás ella también ya se ha ido y también su
lado de la cama está vacío.
Junio 2017.
ESTADO FÓSIL
Andre Cruchaga
Encima de los barnices encaramelados la demasía
de los tormentos los siempre disimulos y los andenes tratando de ocultar sus
hemorragias los irremediables repellos de las paredes o el negro relieve de los
gemidos: me estremece la desesperación de los juguetes y el candor de la quina
y las cobijas queriendo desasirse del sudor y los ojos carcomidos de los
retretes y la suerte de conocer tantas historias penosas y la indiferencia del
pequeño mundo donde asilo mis confusiones siempre me cubre la rama de la
angustia en estos días en los que mis pensamientos pasan al estado de fósiles:
acuno por supuesto mis antinomias mientras deshabito la hoguera de mi tiempo
mis encierros picoteados por la hoja de hollín de la historia (hoy ya no tocas
a mi puerta ni me traes la luz del despeñadero ni la explosión del cráter para
desollar o desclavar el calendario de la humanidad imperiosa del cadáver) a
media asta la hostilidad del combate y ese río irrevocable de la indiferencia:
me avergüenza el harapo agrio de mis palpitaciones la ardua pobreza de hijo
pródigo es terrible el ala plomiza del plato vacío cuando veo la tierra
deslizarse a través de la puerta del grito velar los goznes de la resistencia y
no encontrar sino lo inagotable del vacío la liturgia de la salmuera y su
incurable decrepitud: en los quicios de la demencia cuelgan relojes de
desangrados perros y calles descarnadas en sus afueras en el reverso de mis
incoherencias las palabras desmoronadas del cascajo y el ala de la esperma
sobre el cartón salpicado de magulladuras —no puedo deshabitarme más y desandar
mi espejo húmedo de tiempo en cada grieta hay un sol de ausencias opulentos
adioses oscuros partos que me devuelven al tropezón de mis pensamientos nunca
fueron fáciles entonces estas cuarenta sombras de la vendimia ni leer las
sordas huellas de tus manos al pie de una trinchera de miedos: en la caída el
polvo atroz del grito los siempre damnificados y los que mueren…
Barataria, 2017
"La Ciudad"
Gonzalo Millán
El río invierte el curso de su corriente
El agua de las cascadas sube
La gente empieza a caminar retrocediendo
Los caballos caminan hacia atrás
Los militares deshacen lo desfilado
Las balas salen de las carnes
Las balas entran en los cañones
Los oficiales enfundan sus pistolas
La corriente penetra por los enchufes
Los torturados dejan de agitarse
Los torturados cierran sus bocas
Los campos de concentración se vacían
Aparecen los desaparecidos
Los muertos salen de sus tumbas
Los aviones vuelan hacia atrás
Los Rockets suben hacia los aviones
Allende dispara
Las llamas se apagan
Se saca el casco
La Moneda se reconstituye íntegra
Su cráneo se recompone
Sale a un balcón
Allende retrocede hasta Tomás Moro
Los detenidos salen de espaldas de los estadios
11 de septiembre
Las fuerzas armadas respetan la Constitución
Los militares vuelven a sus cuarteles
Renace Neruda
Víctor Jara toca la guitarra, canta
Los obreros desfilan cantando “venceremos”
LA GRAN TRIBULACION (Segunda versión)
F.S.R.Banda
Vindicación de
Yocasta
[Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi
a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia,
que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer vestía ropas de púrpura y
escarlata, y resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano
una copa de oro llena de abominaciones, que eran las impurezas de la inmundicia
de su fornicación y la lujuria de la tierra entera. Apocalipsis 17:3-4]
...pero no me
importó porque el púrpura y el escarlata de sus vestidos encendían aun más los
fulgores carnales de sus pecados y yo pecador perdido sin perdón para siempre
lo único que deseaba era hundirme y beber, beber y ahogarme en el cáliz de oro
lleno de su sangre y su saliva y sus fluidos hirvientes y sus aguas de
perdición, y vi el nacarado tierno de su cuerpo vestido solo con oro y piedras
preciosas y perlas, y ella ebria de la vida que se toca y que duele, me
llamaba, me atraía hacia un túnel sagrado, y no me importó, porque la anilina
de sus ojos me envolvía en el tul de su piel perfumada, ardiente y cercana, y
fui más ciego al mal que enemigo del bien, y fui sordo a la voz del cielo de
mentira, y a los votos de abstinencia de monje adusto y consagrado, así
sumergido al fin en ese liquido primordial de sangre, leche, saliva, sudores y
lagrimas y orines y licores sexuales, esas aguas vivas que me llevaron la vida
buscándolas para aplacar mi sed de ser parte del Todo que me prometieron en el
Paraíso, y sentí que mi cuerpo inmerso
en la tierna turbiedad de ese vino voluptuoso se iba involucionando sobre si,
curvando sin dolor ni conciencia, mis piernas se encogían con las rodillas al
pecho y las manos en oración hacia el rostro, bajando la cerviz y cerrando los
ojos, y supe que en ese cenote tibio y urgente, lleno de los aceites y brebajes
de la Gran Ramera que no eran el vinagre fétido de todos mis pecados, no, yo no
estaba muriendo sino volviendo al origen materno, entendí que esa cálida
densidad animal era en verdad sus íntimos caldos uterinos, que estaba de
regreso al único lugar donde el Universo tenia sentido, y asombrado intuí que
era el fin de la búsqueda, del camino, y del Tiempo. Y fue esa mi revelación.
Creo recordar que con el pavor desesperado de los que alcanzan a ver la Luz,
quise borrar con el codo los oscuros escritos que me habían llevado a ese
divino dzonot, pero comprendí que ya era tarde para todo. Y ahora estoy
cerrando otra vez los ojos y dejándome morir para apurar el goce de los últimos
estímulos vitales de estas las aguas sagradas de Babilonia la Grande…
[Dadle a ella como ella os ha
dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida,
preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en
deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy
sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto. Apocalipsis 18:6-7]
Nota.- Primera versión
en PARADOXAS N°43, diciembre 2004.
La
forma de poema es una desgracia pasajera.
Osvaldo
Lamborghini, “Die Verneinug”, 1977.
Revista PARADOXAS N° 234
1° de
Julio de 2017