PARADOXAS
REVISTA
VIRTUAL DEL SURREALISMO NEOBARROCO
Año
XII - N° 219
INDICE
GOLPE A GOLPE ES LA VIDA - Ivonne Concha Alarcón
Cartas del baúl de los recuerdos, mis primeros escritos... - Marisol C.
¿HABRÁ SUEÑOS? - Beatriz Graciela Moyano
SOLEDAD - Amelia Arellano
RITO EXPERIMENTAL Nº 90 - PARA ATAR CABOS - Nicolás Hidrogo Navarro *
NO ESTABAS - FSR Banda
EDITORIAL
ALGUNOS POSTULADOS DE LA PROSA
POÉTICA O INTENSIDAD LÍRICA
Nicolás Hidrogo Navarro. –Narrador peruano.
Hacedor literario.
Las
vanguardias revolucionarias del arte de principios del siglo XX (dadaismo,
simbolismo, existencialismo, cubismo, futurismo, manierismo, expresionismo,
modernismo, surrealismo, etc.), abrieron trocha para innovaciones del lenguauje
y las expresiones estéticas en general. Pero, también mataron la pureza de la
lírica y abrieron de par en par las puertas de la prostitución literaria, a
partir desde entonces cualesquiera puede autoirrogarse el titulacho de poeta
muy suelto de huesos. Claro, suena más popular y democrático, pero también es
entrar en decandencia del supremo arte bello con las palabras, cuyo canon exige
ingenio, talento y genio (por oposición a lo burdo, vulgar, facilista,
chabacano, cursi, huachafo).
El
espíritu lírico y épico tradicional se sustentó durante dos mil años en tres
ejes vertebrales: la regularidad métrica, la combinación rimada secuencialmente
consciente y el ritmo interno (dificultades que hacía de este arte un dominio
de pocos y ponía a prueba al poeta, bardo, vate).
Las
vanguardias crucificaron esto y hoy cualesquier escrito sin estos cánones, así
de frente, sin mayores filtros ni complicaciones, es llamado poesía. Todo esto
volvió facilista el arte literario, lo masificó y lo chabacanizó, para regocijo
de muchos. Y así se prendió la chispa del versolibrismo, pero curiosamente “los
nuevos poetas” siguen manteniendo la diagramación simulada de versos, cortados
en pedazos sin ningún sustento ni criterio hemistiquial o cisura, aunque no
tengan regularidad métrica y uno que otro intento remedo de rima irregular. Se
perdió con ello la forma y se la deterioró en el fondo en detrimento de la
estética musical, figuratividad. Y cualquier pedazo de oración que seccione,
ahora suele llamarse verso.
Es
aquí cuando surge la prosa poética –heredera medieval del haiku lírico japonés-
a remediar este entuerto y recuperar el concepto lírico de la poesía y su
excelsitud. Como ya no hay razón de escribirse en verso simulado y postizo, se
fusionó la expresión lírica a la forma de prosa con oración continuada, pero
adquirió la intensidad poética de ser una estructura altamente enriquecida en
figuras, tropos, simbolismo, alegorías, técnicas, elipses y síntesis
acrisolada, lo suficientemente de calidad e intensidad en cada oración que
simplificaría quizá un largo y engorroso poema libre despedazado en sus
sintagmas sin ton ni son ni criterio ni tradición alguna.
Postulados:
PRIMERO.-
Por prosa poética tenemos a un constructo poético cuya brevedad exige
intensidad figurada y enriquecida del lenguaje altamente poético. Una oración
debe ser la pepa literaria, el oro cribado de toda una montaña de cascajos y
ripios literarios, que con carácter innovador, único y extraordinario revele no
solo dominio sintáctico, semántico, sino también ingenio del tropo y metáfora
creada.
SEGUNDO.-
Los tópicos temáticos son abiertos y libres, la única exigencia es la brevedad
e intensidad del fondo y la forma con señales claras y abiertas del dominio
exigente del lenguaje poético, evitando el simplismo y facilismo.
TERCERO.-
La preocupación no es si el público masivo lector entiende o no la semántica de
los lexemas, la estructura y el el tropo edificado con un barroquismo
estructural, lo que interesa es izar el estandarte de la poesía en sus más
elevados quilates.
CUARTO.-
El objetivo de la prosa poética no es subordinar el arte a la política, la
religión o cualesquier sistema humano social, el propósito fundamental de cada
construcción es elevar el nivel del estatuto literario y sublimar la estética
excelsa del lenguaje.
QUINTO.-
Rechazar el arbitrario corte de las oraciones en segmentos menores para darle
la nominación de versos, es impropia y no tiene sentido por dos aspectos
básicos: la falta de un argumento de cano y por la ley de simplificación
estética (lo bueno si es breve es dos veces bueno), no porque hagas lato y
engorroso un poema será mejor, al contrario se cae en la farragosidad del ripio
y la panca.
SEXTO.-
La prosa poética puede funcionar perfectamente en la expresión lírica asecuencial
inargumental e ilógica; así como en la narratológica, siguiendo el mismo patrón
tradicional de toda joya literaria, sino que en miniatura e intensidad.
MUESTRA QUE SIMULA SER POESÍA
Mi amor
le hablo a la luna
de nuestro romance
ven bésame que muero
te extraño
sufro a cada rato
porque
del cielo cayó un pañuelo
de mil colores
y en cada color decía
Isbelia de mis amores.
MUESTRA PROSA POÉTICA
La arisca noche reptó por encima de mi baldía soledad penitenciaria. Tu
durmiente boca conyugal fue un arcoíris en penitencia con la alada lluvia de
mis labios disyuntos. La espectral luna menopáusica y yo fuimos un intríngulis
de hojas muertas: tú y yo tocamos el erizo cielo tarrajeada de estrellas.
Totalmente de acuerdo. Vale.
El Editor
Contra
la propiedad intelectual
Josefina
Ludmer
No comparto la idea o el mito del autor como creador y la ficción
legal de un propietario de ideas y/o palabras. Creo, por el contrario, que son
las corporaciones y los medios los que se benefician con estas ideas y
principios. El mito del plagio (“el mal” o “el delito” en el mundo literario)
puede ser invertido: los sospechosos son precisamente los que apoyan la
privatización del lenguaje. Las prácticas artísticas son sociales y las ideas
no son originales sino virales: se unen con otras, cambian de forma y migran a
otros territorios. La propiedad intelectual nos sustrae la memoria y somete la
imaginación a la ley.
Antes del Iluminismo, la práctica del plagio era la práctica
aceptable como difusión de ideas y escritos. Lo practicaron Shakespeare,
Marlowe, Chaucer, De Quincey y muchos otros que forman parte de la tradición
literaria.
El derecho de autor se desarrolló originariamente en Inglaterra en
el siglo XVII, no para proteger autores sino para reducir la competencia entre
editores. El objetivo era reservar para los editores, perpetuamente, el derecho
exclusivo de imprimir ciertos libros. La justificación, por supuesto, era que
el lenguaje en literatura llevaba la marca que el autor le había impuesto y que
por lo tanto era propiedad privada. Con esta mitología florecieron los derechos
de autor durante el capitalismo, y establecieron el derecho legal de privatizar
cualquier producto cultural, ya sean palabras, imágenes o sonidos.
Como se ha dicho tantas veces, fue en los año ‘60 que Foucault, en
primer lugar, y después Barthes y otros, mostraron que “la función autor”
impedía la libre circulación y composición de ideas y conocimientos. Pero desde
1870 Lautréamont (como después Maiacovski durante la Revolución Rusa) defendió
una poesía impersonal, escrita por todos, y sostuvo que el plagio era
necesario. (Borges también lo hizo, y pensaba, a partir de Valéry, en lo que
llamaba el espíritu creador de literatura.)
A partir de Lautréamont las vanguardias del siglo XX, Dadá y los
surrealistas, rechazaron la originalidad y postularon una práctica de reciclado
y rearmado: los ready-mades de Duchamp y los montages con recortes de diarios
de Tristan Tzara. También rechazaron la idea del “arte” como esfera separada.
Pero fueron los situacionistas los que llevaron estas ideas al campo teórico,
defendiendo el uso de fragmentos ya escritos (o imágenes, o películas) como
medio para producir otras (nuevas) obras. Estas prácticas también incluían
obras colectivas, muchas veces sin firma. Recuerdo la revista Literal en los
años ‘70, donde no existía firma de autor.
Desde entonces, y en esa tradición, creo que “el plagio” es
simplemente un procedimiento para pensar y escribir.
Hoy se postula el uso de nombres diferentes (como es común en
Internet), como táctica de enfrentamiento al mito del creador y propietario. En
Italia el fenómeno de Luther Blissett tuvo este sentido: muchos escritores
empezaron a usar este nombre como “firma” para enfrentar la máquina editorial y
mediática. Después de su “suicidio” surgió el colectivo Wu Ming (anónimo, en
chino), que escribe novelas rehusando todo tipo de escrituras y enfrentando la
idea de “propietarios legales” de textos.
Hoy, a partir de “la revolución digital”, el argumento ya no es que
el autor es una ficción y que la propiedad es un robo, sino que las leyes de
propiedad intelectual deben ser reformuladas. La tendencia es explorar las
posibilidades del significado en lo que ya existe, más que agregar información
redundante. Estamos en la era de lo recombinante: en cuerpos, géneros sexuales,
textos, y culturas.
Como el plagio conlleva una serie de connotaciones negativas los que
exploran su uso lo han camuflado con otras palabras: ready-mades, collages,
intertextos, apropiaciones. Todas estas prácticas son exploraciones en el
plagio y se oponen a las doctrinas esencialistas del texto. Precisamente uno de
los objetivos del plagio es restaurar la dinámica y fluidez del significado,
apropiando y recombinando fragmentos de cultura. El significado de un texto
deriva de sus relaciones con otros textos.
Creo que toda condena de plagio (toda condena de un escritor como
“delincuente” literario) es un acto reaccionario. Y si pienso en una política
propia de los que escribimos, la consigna central sería que todo libro editado,
como los periódicos, sea digitalizado y puesto en Internet cuando aparece, para
que pueda ser leído y usado por cualquiera que pueda acceder libremente.
GOLPE
A GOLPE ES LA VIDA
Ivonne
Concha Alarcón
Golpe a golpe recorre la mano imaginaria sobre el sentir de los
sueños, buscando en recovecos el barco de papel blanco mientras la falda marrón
de aquella mujer que camina a paso lento sobre los tejados de aquellas casitas
de alquiler toma el sol de la mañana después de una noche de encanto y lástima,
de sonrisa fácil en un largo y falso trasnoche de risas fingidas, una mañana de
sabor amargo en la boca. A ras del suelo con la carga de sueños delante de un
patio sin reja y un gato mirón observan las ratas tomando el sol mientras
camina un niño por la vereda a buscar conocimiento a su escuela de barrio pobre
de tristeza larga y pesan en su bolso la manzana, el cuaderno y el pincel y un
montón de juegos de niños. Y salta el conejo raudo en busca de su zanahoria que
a pesar de la espera aun no llega al mediodía, de vez en cuando los soldaditos
de plomo les siguen al patio a jugar con ellos y los mandriles, los osos y los
gritos de una madre buscando tristezas de pobre en el tacho de sobras por si
hay unos pesos en la mano de un ser generoso. Un par de ojos saltones piden
ayuda para comer mientras otros ojos indiferentes pasan de largo para que no
los molesten con lo que él no entiende, aquellos que no saben de pobrezas ni
miserias ni conocen nada que no sea su propia realidad.
Cartas
del baúl de los recuerdos, mis primeros escritos...
Marisol
C.
Carta 3
Puedes y claro que puedes, robarme cada segundo, seguir agazapado
entre penumbras, girar cada revés hasta el crepúsculo, fingir que no me ves,
que no me esperas, sé que puedes cubrir las estaciones que me siguen, robar mis
sueños, desenredar los silencios y volverme una metáfora cálida en tu retina,
quizás el tiempo se ponga a tu favor y florezca en pleno invierno tu osada
manera de entregarte... Pero no puedes aunque quisieras olvidarme entre tus
brazos, beber la calidez de mis abrazos, confundirte en las estaciones del
olvido, caminar en la penumbra del un sol ciego, murmurar mi nombre hasta
saciarte de mí y mis sonrisas que hacen eco en tus oídos, no puedes amarrar el
olvido a tus razones y confundirte en las noche de luna llena. A veces crees
que me escuchas y yo creo que te hablo, puedes robarme todo, pero no entiendes que ya no queda nada
de ti en tu mundo de sueños, pues todos están conmigo jugando al olvido entre metáforas,
silenciadas noches, abruptos amaneceres puedes, claro que puedes, creer en lo
imposible y cobijarte en las razones tan tuyas, tan mías, claro que puedes...
pero no puedes olvidar que somos uno.
¿HABRÁ
SUEÑOS?
Beatriz
Graciela Moyano
Navegando estas turbias aguas incautas busca conclusión como clamor
de olvido, luego mirando la anchura se funde en anhelos verdes de frescura
interna en lo selvático, cita a ciegas con la paz, luce túnica en tonos
violáceos, danzando al son de una dulce melodía escrita en partitura de horas
amarillentas en olvido, espiración de borradas metas, hay misteriosas voces que
siguen aludiendo a su nombre inexistente, malogrando en un final a toda
orquesta. Escucha apenas el susurro de amor, como en un sueño ajeno, algo
idealizado y tierno que no alcanza a salvar el naufragio, desliza arte una
pluma ligera que roza la piel, las ventanas apenas entornadas de un dulce ayer
difuso con luces tenues. Cómo dejar de pensar en el foco de luz indicada, final
de túnel oscuro, camino que llama donde las almas brillan como estrellas. Hay
aguas tranquilas en los mares con esa imagen de antaño, sonrisa joven perdida
en el pasado, jamás será olvido en el mal llamado mundo que dicen tierra y es
agua inmensa, masa que asusta. Ha dejado para siempre las algas silenciosas y
los berberechos aferrados para soltar soledades en la tierra. Evidentes se
harán otras tormentas en las costas de todo este planeta, turbulencias y azotes
despiadados de los elementales, presagios nada más… y los avales de escritos
que se leen como leyenda. La mente sigue pensando, ¿habrá sueños? en la vida,
después… en la muerte, digo, ¿se podrán rozar algunos sueños? percibir el
asombro, los encuentros de seres amados, de saberlo podría madurar algún
intento, o simplemente tomar los riesgos en otra anécdota, ingenio cruel o
sutileza, para evitar placer a los chacales que aniquilan las rotas
contingencias, devorando a jirones la existencia. Apenas remonta algún paisaje,
despluman las alas a mordiscos, dejando un hueco vacío de circunstancias y
expectativas, con las fuentes de aguas diamantinas secas donde ni los gorriones
ya se bañan. Pérdidas, involución infame, cielo de nostalgias y la tristeza
indeclinable, cómoda, acurrucada entre los senos. Se dibuja una sombra
desconocida, cintura ajena, pelo y cadera adulterada y a lo lejos se escuchan
las carcajadas, de a los que no les importas nada, nada.
SOLEDAD
Amelia
Arellano
"Estoy solo y no hay nadie en el espejo."Jorge Luis Borges
Como nombrarte si tu boca no pronuncia mi nombre.
Como evitar la fascinación de tu lecho pagano.
Como negar que soy semen de tu semen.
Como caminarte si no hay lugar que no haya recorrido.
Como beberte si soy sombra encendida.
No he de nombrarte, entonces.
Engendraré frutos de no olvido. Carne de naufragio. Cruces.
Morderé tu boca más allá del deseo y de la muerte.
Te llevo en mis axilas. En mi pubis. En la cripta de los caracoles.
Siempre conmigo. Abrojo prendido en mis pezones.
En mis páramos. Oquedades. Incertezas.
Eres como yo, solapada y perversa.
Gestada entre los muertos, hacia los muertos vamos.
Un Dios indivisible desteje los hilos de la horca.
Ven, amor. No me dejes conmigo. Quédate.
Escucho los ratones. Roen el el piso.
Roen la soga de mi ombligo. Ay, no. Mis hijos no!
Muerden mis muslos, mis azogues. Cielo y techo devoran.
¿Donde está el niño? ¿Donde la Humanidad?
No me dejes conmigo , a solas compañera, quédate.
Quédate. Quédate. Quédate.
RITO EXPERIMENTAL Nº 90 - PARA ATAR CABOS
Nicolás Hidrogo Navarro *
Técnica: Soliloquio
Sé que no estaré ni siquiera en mi propio
funeral bajo la lluvia rampando sobre mi envejecida ventana solariega porque un
gélido viento hibernal cuarteará la espina dorsal de mi arcana imaginación lo
tengo todo cronizado y acaso los propios jinetes apocalípticos ni siquiera
sabrán por dónde surcará la furiosa tempestad de mi solitaria cuadriga
impulsada por el mismo vendaval que me animó a todo esto es madrugada y una
falange de negros gatos acróbatas cual heraldos olímpicos trepan por el techo
de mi soledad arañando mi quietud silenciada por una virulenta luna esquiva de
papel el mismo aire burlón me hace aspavientos equipolentes sobre la sincopa de
esta quietud epistolar el teclado suena traqueteante sin aviso previo el cojo
reloj titila las horas sin cesar mil augurios plúmbeos atosigan mi pensar anfibológico
rueda salomeicamente un tumi en oro en naranja y blondas cabelleras auscultan
el níveo horizonte una promesa sanatoria ronda mi piel zóilicamente cual
samaritana ansiolítica en siete va de diez alcatraz alcatraz ninguna jaula
áurica detendrá mi vuelo delta de águila ronín que yo mismo delineé planeo
kamikaze sobre los peñascos perdularios y sé que temidos picachos guiñan mi
pasar cerré un ciclo alonsino y cicatricé abraso todo como un incendio forestal
y sé que el lunático fuego inselectivo purifica todo así como sé que no hay
olvido sin martirio ni distancia sin tiempo melodramático me llueven densos y
compactos todos tus recuerdos subvertidos como cardenales sobre mi plexo pero
los tengo casi cauterizados la anciana noche sigue barrenando mi olvido todo
está estático como cementerio huérfano a medianoche como si las catacumbas
centurianas esperaran mi ofrenda final.
* Narrador peruano. Hacedor literario.
NO ESTABAS
FSR Banda
“Consuélate: no fue un tiempo perdido:
en todas tus ausencias, yo te amaba.” Rima IV. Blanca Barojiana.
Te busqué con otros nombres y otras
siluetas recortadas contra la luna poniente, dejé el oleaje suspendido en ese
mar que mirabas enceguecida de nostalgias, abrí senderos en la jungla de tu
recuerdo solo para volver a oler tu perfume una vez más y recordarte toda una
tarde sin crepúsculo posible ni pájaros oscuros emigrando por tu ausencia, dejé
mis huellas caminando en inútiles círculos por los desiertos que guardaban en
sus resecas arenas las perfectas sombras de tus pestañas, declaré mis tormentos
en los amarillos de los aromos y los trigos, te supuse perdida y asumí la
pérdida mientras el río murmuraba la pena que yo no me atrevía a divulgar por
esos bosques donde te divisé tantas veces como si fuera cierto y no el juego cruel
de destellos de sol en los follajes. Tú sabías por esos entonces que yo te
buscaba sin testigos por las sombras inclementes de las noches de plenilunio,
por las esquinas de faroles apagados, por las orillas y los cauces, por las
entrelíneas de mis furiosas cartas de amor que atesorabas sin reconocerlo
porque en ellas estaban los fragmentos de todo lo que eras. Te escondías en los
ciegos nublados del acaecido invierno, en los pétalos esparcidos de la vasta
primavera, en la hojarasca murmurante del otoño y en los lentos calderos del
estío, desaparecías subterránea o sumergida aunque vigente como una estatua
insoportable esculpida con el tormentoso material de mis derrumbes, mis asedios
y mis molestas persecuciones obsesivas. Te buscaba en nuestros desolados
territorios, en los parques y en las espumas de las rompientes, y tú sabiéndolo
no venías, no te dejabas ver en las luces ni en las lluvias, te borrabas, eras
ausente por vocación de esfinge, descreías de fervores, de halagos, de los
versitos de mala muerte que te escribía en los ventanales empañados, de los
susurros que invocaban ciertas noches de cuando estabas. Sé, iluso soñador, que
andarás ahora también en los sitios equivocados, oyendo mi voz sin eco en su
reverbero por las comarcas de la espera desesperada, viéndome de mentira por
las últimas calles de tus penúltimos atardeceres entre los perros que ya no te
ladran y los mendigos dormidos, caminarás como siempre altiva, dueña de tus
celos, de tus furias, de esas torpes certezas que siempre confundías con tus
usuales desengaños, poseedora de todos los espejos y de los infinitos matices
de los otoños, del preludio y de los tristes finales, única heredera de tu
imperio somnoliento, pero también inevitablemente, y para siempre, arrepentida.
Vale.
La
forma de poema es una desgracia pasajera.
Osvaldo
Lamborghini, “Die Verneinug”, 1977.
Revista PARADOXAS N° 219
3 de
Abril de 2016
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